El informe del Inaga al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO es "favorable a grandes rasgos", según manifestó el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Joaquín Olona. El documento plantea reubicar algunos aerogeneradores de distintos parques del macroproyecto de Forestalia en el Maestrazgo turolense para proteger la avifauna y respetar el paisaje.

Dos meses después de que el consejero anunciara que el informe del Instituto de Gestión Ambiental de Aragón (Inaga), que depende de su departamento, no había detectado «aspectos críticos» en el macroproyecto eólico, la DGA remitió dicho documento al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Un periodo de tiempo en el que, según pudo conocer EL PERIÓDICO, el departamento habría invertido esfuerzos en lograr la rúbrica de algún responsable, puesto que se habrían intentado matizar los aspectos más negativos del análisis y potenciar los favorables. Incluso, con la denuncia de presuntas presiones para dar luz verde al texto. Ahora, el ministerio de Teresa Ribera deberá emitir el dictamen final de los 22 parques de aerogeneradores.

La gestión del terreno: adecuar caminos y accesos tras la obra

El Inaga reconoce que el incremento de actividad y de uso de los caminos existentes en los terrenos donde se quieres instalar los parques supondrá un «evidente deterioro funcional», por lo que se recomienda al finalizar el proceso «readecuar los caminos y los elementos estructurales», como los accesos a las fincas y vías principales.

Prospecciones botánicas para proteger la flora

Según reza el documento, el plan de restauración incluido en el estudio ambiental presentado por la empresa «se adapta en cada uno de los 22 parques eólicos a la vegetación afectada en cada proyecto». Por eso, aunque recomienda «ajustar» el plan de restauración en las distintas fases del proceso constructivo, afirma que se podrá conocer la superficie afectada «de forma permanente». Reclama una «especial atención» a la gestión del horizonte de suelo fértil. También, el Inaga exige una «prospección botánica» en los ámbitos de presencia conocida de especies de flora catalogadas, como la Sideritis fernandez-casasii. Y plantea que si se detecta la presencia de estas especies protegidas, los proyectos deberán introducir las modificaciones necesarias «para asegurar su preservación».

Los molinos, a 1 km de los nidos de aves

Las principales recomendaciones del Inaga en este informe preceptivo para el ministerio se centran en la protección de las aves y quirópteros (murciélagos), planteando la instalación de diversas herramientas como sensores de detección y parada en las zonas más próximas a balsas y espacios de nidificación de murciélagos; palas pintadas y distancias de seguridad para garantizar la supervivencia de las especies que habitan en el entorno.

En concreto, plantea que si cambia el modelo de aerogenerador previsto en el proyecto, se deberían recalcular las ubicaciones de modo que se cumpla con la normativa que obliga a establecer una distancia de, al menos, dos veces el diámetro de rotor entre las puntas de pala para asegurar zonas de paso entre los molinos. También se recomienda que los aerogeneradores se instalen a distancias de, al menos, 200 metros de las balsas de riego o con usos cinegéticos ya que suelen ser utilizadas por aves acuáticas. Asimismo, establece una distancia de al menos 1 kilómetro de los nidos y dormideros de aves que se encuentran inventariados en el estudio presentado.

Aerogeneradores parados en la cría de murciégalos

Según plantea el informe, durante todo el proyecto se deberá realizar un plan de seguimiento de la mortalidad de la avifauna «con los aerogeneradores y con las líneas eléctricas». Si se detectan «mortalidades significativas de quirópteros», señala el texto, se debe establecer «un protocolo de parada de los aerogeneradores» a las horas de mayor actividad de los murciélagos y en las épocas de cría.

El riesgo de mortalidad del quebrantahuesos

El Inaga pide actualizar las conclusiones del estudio de impacto ambiental que se realizó en fechas anteriores a la actualización del listado de zonas de especial protección en Aragón. En relación con los planes de recuperación del quebrantahuesos y del águila perdicera, el órgano de gestión ambiental reclama «reubicar» el punto de alimentación suplementario de quebrantahuesos «a unos 3 km al norte» de su ubicación actual para evitar «situaciones de riesgo inasumibles».

Según se expone, la mortalidad asociada al conjunto de los 22 parques se estima en 33 o 6 individuos al año, «en función de los factores de corrección que se empleen». El informe indica que «la viabilidad del parque eólico Cid V, y en especial los aerogeneradores 2, 4, 5 y 6, debería quedar estrictamente condicionada al traslado de los puntos de alimentación».

Un cinturón de protección visual para Mosqueruela

El análisis del impacto paisajístico de los parques eólicos deja la necesidad de establecer un perímetro de protección visual de 3 kilómetros en el entorno del municipio de Mosqueruela, dado que, según se plantea en el proyecto inicial, se vislumbrarían entre 12 y 40 molinos desde el núcleo urbano. Además, el informe del Inaga recomienda un «adecuado análisis del riesgo de incendios forestales» durante el desarrollo de las obras y se plantea la creación de infraestructuras de evacuación ante la posibilidad de fuegos.