El Periódico de Aragón

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SECTOR SERVICIOS: BALANCE DE 2022

Balance turístico en Aragón: todos a la playa, o casi

Los hoteleros reconocen que los destinos en el Mediterráneo han recuperado empuje, tras el covid, en perjuicio del interior

Una playa de Almuñécar, en Andalucía, hasta la bandera el pasado sábado. Alba Feixas / EFE

Los veranos de los años 2020 y 2021 fueron excepcionalmente buenos para el turismo interior. El miedo al coronavirus y la imposibilidad de salir al extranjero hizo que muchos españoles se decantaran por destinos de la denominada España vacía para pasar las vacaciones por considerarlos más saludables frente a la masificación de los lugares más frecuentados en el litoral.

Pero esa tendencia parece haberse revertido en el verano de 2022. Así lo han constatado varios hoteleros de la comunidad aragonesa. «Los clientes han vuelto en masa a los destinos de sol y playa», afirma Jesús Marco, responsable de Faratur, entidad empresarial que agrupa la oferta de viviendas de turismo rural en Aragón.

En su opinión, este fenómeno debe mucho a la «publicidad que se hace desde los medios de comunicación, impulsada por el propio Gobierno, con el fin de mejorar las cifras de empleo».

Sitios para divertirse

«Las televisiones en particular han estado todo el verano mostrando imágenes de playas llenas de gente, dando la idea de que es el mejor sitio para divertirse y pasar unos días de asueto», sostiene Marco.

«Nunca se da ese trato de favor a la montaña ni a los destinos de interior, estamos postergados», asegura el hotelero, que regenta una casa de turismo rural en un pueblo del valle del Jiloca, entre las provincias de Zaragoza y Teruel.

«Lo cierto es que este año notamos una falta tremenda de clientela nacional», subraya el propietario de un hotel en el valle de Tena que pide no facilitar su nombre.

«Está claro que la mayoría de familias han elegido el sol y la playa en perjuicio de lugares como el Pirineo». «Si esta temporada estamos consiguiendo unas cifras decentes de ocupación es gracias al turismo extranjero», añade el mismo experto.

De hecho, el turismo internacional está salvando el verano en los alojamientos del Pirineo, según Europa Press. En los hoteles no se han están alcanzando las cifras de alojamiento de la prepandemia porque la temporada estival no está siendo tan buena como la anterior para el sector turístico en la provincia altoaragonesa.

A falta de conocer los datos de agosto, en julio según la encuesta de ocupación hotelera, más de 107.000 viajeros han llegado a Huesca, un 2,4% más que en el mismo período el año pasado. Por otra parte, las pernoctaciones, 253.000, han mostrado un comportamiento a la baja, con un 3,8% menos que en el mismo mes de 2021.

Gracias a los extranjeros

El origen de las personas que han visitado la provincia es mayoritariamente nacional: 84.000 viajeros frente a casi 23.000 visitantes de origen extranjero. Sin embargo, el incremento de turistas de otros países ha sido clave para salvar la temporada de verano en los valles pirenaicos.

«El cliente nacional ha estado menos presente en el mes de julio, en cambio el cliente internacional nos ha salvado a muchos y es que así como otras veces el internacional venía más en junio o septiembre, este año hemos visto mucho cliente internacional en julio», manifiesta la directora de un hotel cerca de Biescas.

Paralelamente, según la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Huesca, también están cambiando las preferencias de los clientes, que han reducido su tiempo de estancia. «Todo está cambiando y también el cliente, que prefiere más veces y menos tiempo», aseguran.

Los hoteleros se quejan también de los problemas que han tenido por la falta de personal cualificado, por los elevados costes, por el aumento de los precios y también por las dificultades que tendrán, sobre todo en la temporada invernal para aplicar las nuevas medidas de regulación energética.

La última semana de agosto ha sido muy tranquila y se espera que así continúe lo que queda de verano, aunque para la primera semana de septiembre hay una buena ocupación prevista en el valle de Tena y en otros destinos del Pirineo aragonés.

Todo dependerá del tiempo. Si es inestable y lluvioso, reducirá la afluencia, pero, por otro lado, podría asegurar buenos niveles de ocupación en octubre y noviembre, cuando llega la temporada de setas, que atrae a miles de aficionados a la micología de toda España. 

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