UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

La nueva Facultad de Filosofía y Letras ya encara su recta final

Las grandes grúas ya han sido retiradas de la zona y las cinco conexiones entre los edificios están terminadas / Unas 80 personas trabajan a destajo para que la obra esté terminada en abril

Unas 80 personas continúan trabajando a diario en la zona, pero la maquinaría más pesada ya ha sido retirada.

Unas 80 personas continúan trabajando a diario en la zona, pero la maquinaría más pesada ya ha sido retirada. / ANDREEA VORNICU

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Ya sin las grandes grúas y sin el amasijo de andamios habitual que cubren los edificios sometidos a grandes reformas y rehabilitaciones, el entorno de la nueva Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza se percibe mucho más nítido. Despejado en las alturas y ligero de maquinaria en sus aledaños, todavía unas 80 personas trabajan a diario en la zona para cumplir con el plazo de entrega, que será «entre finales de marzo y principios de abril».

A partir de ese momento, se procederá al acondicionamiento y al equipamiento del interior para que, en septiembre, la facultad reciba a sus primeros alumnos con el inicio del curso. «La idea es que a lo largo del primer cuatrimestre se proceda al traslado definitivo y en 2024 estemos a pleno rendimiento», explica Ángel Pueyo, vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructura.

En estos momentos, una persona ya puede recorrer las instalaciones sin necesidad de salir a la calle (como sí ocurría antes) porque los nexos de unión están terminados.

Los trabajos en los edificios que conforman la nueva Filosofía y Letras avanzan a paso firme y, en estos momentos, una persona ya puede recorrer las instalaciones sin necesidad de salir a la calle (como sí ocurría antes) porque los nexos de unión están terminados. De hecho, algunos de ellos se perciben desde la calle. «Entre los tres edificios hay cinco conexiones. Tres de ellas, que son perpendiculares y de vidrio, unen el edificio de docencia con Historia, Geografía y el Aula Magna mediante una pasarela. Después, hay otra conexión independiente, de hormigón, que también lleva hasta el ala de Historia», explica Tomás Blesa, jefe de la obra. La quinta y última unión entre edificios es también un pasaje de vidrio que conecta la zona de docencia con el edificio departamental, donde están los despachos. Esta zona se corresponde a la ubicación donde estaba el antiguo pabellón de Filología, que fue derribado por completo.

La conexión de hormigón entre los edificios.

La conexión de hormigón entre los edificios. / ANDREEA VORNICU

Mientras en el exterior las máquinas se afanaban esta semana en retirar las antiguas baldosas de las aceras para proceder a la urbanización del entorno, en el interior se trabaja en el revestimiento de paredes y techos, como los del aula magna, o en la colocación del mármol en la entrada principal. «En esta zona de acceso, la escalera helicoidal del vestíbulo es una espectacular. Nos queda colocar la barandilla. En el edificio departamental ya colocamos la pantalla grande en el exterior y dentro, sobre todo, estamos trabajando ahora en la zona del atrio y su pavimento», explica Blesa.

Tomás Blesa, jefe de la obra, durante la visita a la zona de Filosofía y Letras.

Tomás Blesa, jefe de la obra, durante la visita a la zona de Filosofía y Letras. / ANDREEA VORNICU

Dicho atrio, precisamente, va a ser una de las zonas nuevas que más van a llamar la atención porque se trata de una zona muy luminosa. «Tiene una gran cúpula vidrio y ese lucernario tan grande permitirá la entrada de mucha luz. Además, cuenta con una zona ajardinada, que dará color al espacio y donde se colocarán plantas especiales que requieran de poco consumo de riego. «En la cubierta del edificio departamental ya se han colocado los paneles fotovoltaicos que responden al modelo sostenible con el que se ha construido esta obra», recalcó Blesa.

Licitaciones en proceso

Los contenedores colocados en diversos puntos de la zona acumulan todavía muchos escombros, pero los más pesados ya han sido retirados. El suelo del entorno es tierra, a la espera de su urbanización y también del remate de todo tipo de instalaciones. «Ahora estamos también con las redes eléctricas y la terminación de algunos servicios. Lo último que se retirará serán las valles perimetrales», añadía el vicerrector Ángel Pueyo.

Las obras y los andamios ya han sido retirados del edificio departamental.

Las obras y los andamios ya han sido retirados del edificio departamental. / ANDREEA VORNICU

Mientras la estructura pura y dura de la nueva Facultad de Filosofía y Letras termina de coger forma, paralelamente desde la Universidad de Zaragoza se trabaja desde hace meses en la parte administrativa para la contratación del equipamiento de los edificios. En marzo de 2022 ya se definió en un informe las necesidades que tendría la instalación y, a finales de noviembre, el campus público envió toda la documentación requerida para llevar a cabo las licitaciones. «Los trabajos van bien para llegar en plazo y la única incertidumbre que puede surgir es por esos trámites administrativos, porque ya dependen del sistema de contratación del sector público», detalla Pueyo.

En el exterior de la facultad falta por urbanizar las inmediaciones.

En el exterior de la facultad falta por urbanizar las inmediaciones. / ANDREEA VORNICU

Revisión de costes

En un principio se iban a destinar dos millones a la compra de material, mobiliario y, sobre todo, recursos tecnológicos. Sin embargo, la subida del precio de los costes ya incrementó, según contó este diario en septiembre, ese gasto en un millón más, de tal manera que serán tres los millones para el equipamiento de la facultad. «El acuerdo de financiación con el Gobierno de Aragón mantiene la misma hoja de ruta y hay una colaboración muy estrecha. La subida de los precios ha requerido una revisión, sobre todo tras agravarse por el conflicto armado en Ucrania, pero entraba dentro de la línea de financiación del Gobierno de Aragón para infraestructuras. La situación no ha sido una limitación para continuar con la obra y con la misma previsión», recalca Pueyo.

Una maquina levanta las antiguas baldosas para urbanizar la zona, esta pasada semana.

Una maquina levanta las antiguas baldosas para urbanizar la zona, esta pasada semana. / ANDREEA VORNICU

En su momento, la falta de suministros derivada de la guerra generó «algún pequeño retraso» en el planteamiento, pero en ningún caso el impacto supuso tener que demorar los trabajos como para que se desvirtuarán los plazos. «Afortunadamente, no hemos tenido contratiempos graves. Queda poco y esperamos que todo siga así», auguró el vicerrector.

La inversión en la nueva Facultad de Filosofía y Letras, cuyos trabajos empezaron en 2018, superará los 24 millones de euros, a los que se deben sumar los tres destinados a equipamiento. El broche final a una reforma histórico está más cerca que nunca.

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