CONFLICTO EN LA SANIDAD ARAGONESA

Los sanitarios vuelven a la calle y piden el fin de "los engaños" del Gobierno de Aragón

Una buena cobertura en todos los aspectos, la carrera profesional y la defensa de la sanidad pública son las principales exigencias / La huelga del próximo 31 de marzo sigue en pie

Manifestación para reivindicar mejoras en la sanidad pública aragonesa

JAIME GALINDO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Ni un día tranquilo en la sanidad aragonesa. Tampoco este domingo, en el que cientos de sanitarios han vuelto a la calle para reivindicar sus condiciones laborales y en defensa de una sanidad pública que consideran en peligro. Una concentración que ha arrancado frente al Edificio Pignatelli y que ha finalizado en el Paraninfo, con la lectura de un manifiesto que concentra unas exigencias laborales y de cobertura sanitaria en las que, para los sindicatos convocantes, se debe sustentar el futuro acuerdo con la consejería autonómica.

La pancarta que ha encabezado la marcha lanzaba un rotundo "¡Basta de engaños!" acompañado de las tres claves que los sindicatos consideran que están torpedeando las relaciones entre trabajadores y sistema sanitario. "El Gobierno de Aragón niega la negociación colectiva, no paga la carrera profesional e incumple los acuerdos" completaban una pancarta que abría el camino a los miembros de CCOO, UGT y CSIF que convocaban la movilización de este domingo. Todo ello en defensa de una sanidad pública que los tres sindicatos consideran "uno de los principios más importantes del bienestar social"

Para las organizaciones sindicales, la actual administración está realizando "una deficiente gestión" de todos los recursos de los que dispone. Como profesionales, aseguran sentirse "abandonados y decepcionados" con la DGA y lamentan que haya que recordarle "día tras día el esfuerzo que los sanitarios realizamos durante la pandemia". Desde CCOO, UGT y CSIF consideran que los efectos llegan a una ciudadanía que "ve cómo se va mermando su accesibilidad a la asistencia sanitaria y se ven obligados a usar la sanidad privada".

Con todo ello, las reivindicaciones que marcan los sindicatos pasan por "la reapertura de los centros de salud urbanos hasta las 20.00 horas", con el objetivo de "garantizar una asistencia más fluida y evitar la sobrecarga de los escasos puntos de atención continuada". También, reclaman "una mejora de las condiciones laborales del personal de atención continuada en atención primaria" y la exigencia del "abono del nivel 3 de la carrera profesional al personal sanitario de formación profesional y de gestión y servicios", así como el desbloqueo del nivel 4 de esta misma carrera para todas las categorías del Salud. Otra de las exigencias es la implantación de la jornada de 35 horas semanales, "al igual que se va a aplicar para los empleados públicos de Aragón y como se está haciendo ya en el resto de las Comunidades Autónomas". En materia que afecta a los propios ciudadanos, de forma directa, las organizaciones reclaman la garantía de "asistencia sanitaria en los centros de difícil cobertura, asegurando el derecho a la sanidad de todos los habitantes".

Los sindicatos aseguran que es el momento de decir "basta ya de excusas y de retrasos", manteniendo que la sanidad pública aragonesa "no puede más". "La ciudadanía debe tener una sanidad pública de calidad y el personal del Salud el reconocimiento y las condiciones laborales que merecen", han completado en su manifiesto.

Por todas estas razones esgrimidas, las tres organizaciones sindicales mantienen firme la intención de que el próximo viernes 31 de marzo el personal sanitario vaya a la huelga. Las condiciones de este paro se debaten mañana junto a la consejería, aunque los primeros acercamientos son negativos, según informan los sindicatos. Entre otras quejas, aseguran que en algunos centros "se va a tener que trabajar más que en un día normal" ante las condiciones reclamadas por el Ejecutivo aragonés.

La huelga del 31 de marzo se agrava por el conflicto de los servicios mínimos

No hay tregua en el conflicto entre la DGA y los trabajadores sanitarios. Este lunes ambos lados de la mesa se vuelven a reunir para acordar las condiciones de los servicios mínimos de la huelga del próximo viernes. Una reunión que, según comentaban este domingo los sindicatos, prevé comenzar con «muy mal pie». A la ya de por sí tirante relación con el Ejecutivo aragonés se suma las exigencias de este de los servicios mínimos, que hablan de prácticamente el 100%. «Son abusivos», defendía Delia Lizana, responsable de CCOO, que adelantó que algunos trabajadores de ciertos centros sanitarios «van a tener que trabajar más que en un día normal».

El deseo de las tres principales organizaciones pasa porque hoy se pueda tener una «correcta negociación» que pueda permitir llegar a un acuerdo. «Quieren que haya el funcionamiento normal de un día cualquiera», lamentaba Lizana, que esgrimió que el objetivo de los sindicatos es que «únicamente se convoque a las personas indispensables, como ocurre en cualquier festivo o domingo». «Parece que el que quiera ejercer su derecho a huelga va a sentirse enfrentado directamente con la ciudadanía», concluyó la delegada de CCOO, acusando de este problema a la DGA.