POLÍTICA

Vox condiciona la investidura de Azcón a entrar en el Gobierno de Aragón

El líder popular, ganador de las elecciones del 28M, se reúne por primera vez con Alejandro Nolasco, jefe de la extrema derecha en Teruel y primer espada en Aragón

El PP ofrece a Vox la secretaría de la Mesa de las Cortes pero a Vox le parece "insufiente", pues aspiran a la presidencia o, al menos, a la vicepresidencia

Azcón y Nolasco se despiden ante los medios de comunicación

Azcón y Nolasco se despiden ante los medios de comunicación / ÁNGEL DE CASTRO

Vox quiere sacar el máximo provecho de los siete diputados que obtuvo en las elecciones a las Cortes de Aragón del 28M y ejecutar sus políticas bajo sus propias riendas en un futuro Gobierno de Aragón. Deberá ser sí o sí en coalición con el PP, ganador de los comicios con 28 diputados y con el que suman mayoría, y con este escenario se comprende la relevancia de la primera reunión que mantuvieron ayer PP y Vox tras las elecciones autonómicas y municipales. Alejandro Nolasco, el dirigente de Vox que encabeza la negociación, ha afirmado este martes que, en el hipotético caso de alcanzar un acuerdo programático y para la constitución de la Mesa de las Cortes, Vox exigirá entrar en el Gobierno de Aragón para garantizar la investidura de Azcón como presidente. 

En un clima «cordial», sabedores de que se necesitan para gobernar Aragón, PP y Vox se han dado cita en La Aljafería para diseñar una estrategia en tres fases en las que primero buscarán un acuerdo programático, después un pacto para constituir la Mesa de las Cortes el próximo 23 de junio y por fin, si el escenario es favorable, en busca de pactos más que permitan conformar un gobierno. Cabe esperar que la negociación se dilate en el tiempo, pues Azcón puede ser proclamado presidente hasta el 23 de agosto. No ayuda el anticipo electoral de las generales al 23 de julio decretado por Pedro Sánchez.Con todos esos ingredientes, las dos formaciones a la derecha del arco parlamentario optaron por la filosofía del partido a partido: sin precipitaciones.

Nolasco remitió a Azcón un documento con varias medidas políticas y advirtió de que Vox no cederá «ni un palmo» respecto a «la parte mollar» de su programa. Azcón habló de que «el acuerdo es equilibrio» y citó cuestiones en las que a priori parten de posiciones semejantes, como una bajada generalizada de impuestos, la sanidad y la listas de espera, inversiones en carreteras, la importancia de la agricultura y la ganadería, un mayor control en las renovables o poner en el centro políticas de natalidad y en favor de la familia. Sin mencionar quedaron los puntos donde a priori se difiere, como la violencia de género o el trasvase del Ebro. 

El programa es la primera piedra en esa negociación de cara a un futuro gobierno autonómico como el que ayer germinaba entre PP y Vox en la Comundidad Valenciana a la misma hora en la que se reunían Nolasco y Azcón. No es la misma situación: en el Levante, los populares necesitaban el sí de Vox; en Aragón, les sobraría con la abstención y un acuerdo de gobernabilidad con el apoyo externo de Vox.

Quizás por eso el camino hacia el gobierno va más lento en las tierras aragonesas, lo que llevó a ambas partes a asegurar que ayer no hablaron de investidura, aunque en la comparecencia de prensa posterior tanto PP como Vox hicieron públicas sus ambiciones. Azcón insiste en que quiere gobernar en solitario (no pronunció tal sintagma delante del dirigente de Vox) y se mantuvo en su intención de pedir la abstención de todos los partidos con representación en las Cortes. Pese a ello, aseveró que «vamos a respetar los tiempos y el calendario para llegar a acuerdos programáticos y, posteriormente, ver si somos capaces de llegar a otro tipo de acuerdo». Añadió que «la única alternativa posible es que haya un Gobierno presidido por el PP porque los resultados de las urnas son inapelables y hay un claro ganador: el PP».

Nolasco fue más claro: reiteró que el resultado de Vox es «relevante» como para formar parte del Gobierno de Aragón. Además, preguntado por los periodistas sobre el hipotético escenario en el que pactaran un programa y la Mesa de las Cortes, el dirigente respondió con un rotundo «sí» a la cuestión de si Vox reclamará pertenecer al Gobierno de Aragón para investir a Azcón como presidente. Por la tarde, a modo de aclaración, desde Vox insistieron en que no se había hablado de investidura. 

«Vamos a hacer valer cada uno de los votos», continuó el dirigente de la extrema derecha, para asegurar a continuación que «somos un partido de gobierno» y que no les bastará con que sus políticas lleguen al Ejecutivo autonómico: «Evidentemente, queremos aplicar nuestras políticas bajo nuestra propia supervisión». Recordó Nolasco el caso del Ayuntamiento de Teruel, donde dieron apoyo externo al PP, lo que llevó a «pactos fallidos» que el de Vox no quiere reeditar. 

Nolasco y Azcón, en los pasillos de las Cortes.

Nolasco y Azcón, en los pasillos de las Cortes. / ANGEL DE CASTRO

Antes de llegar a esos ríos habrá un paso intermedio: la constitución de la Mesa de las Cortes, fechada para el 23 de junio, donde Vox exigirá la presidencia o, al menos, la vicepresidencia al considerar el ofrecimiento de ayer del PP (la secretaría primera) como «insuficiente». Será un acertado termómetro para saber hacia dónde se encamina la negociación. Precisamente en la sede de las Cortes, quizás por la expectación que levantaba la cita, mientras los dos primeros espadas departían sobre el futuro de Aragón otros pesos pesados de PP y Vox conversaban por los pasillos. Se vio por los pasillos a Santiago Morón, Julio Calvo o David Arranz, mientras que por parte de los populares se dejaron ver personalidades como Mar Vaquero, Ramón Celma, Marian Orós, Luis José Arrechea u Octavio López. 

En Castilla y León, el PP de Fernández Mañueco ya cedió la presidencia del Parlamento a la extrema derecha como paso previo a un acuerdo de gobierno. En la Comunidad Valenciana, Vox también ha exigido la presidencia de las Cortes. Allí dejaron ayer encaminada PP y Vox la presidencia del popular Carlos Mazón al cerrar un preacuerdo en el que se deja fuera al candidato de Vox Carlos Flores, condenado por maltrato psicológico a su exmujer. Génova había vetado a Flores, una línea roja que soliviantó a la dirección de Vox pero con la que finalmente ha tragado, aunque enviará a Flores al Congreso. Nolasco defendió ayer a Flores como «una persona magnífica, maravillosa, brillantemente preparada» antes de conocerse la noticia del preacuerdo. 

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