Los usuarios de Mediano se adaptan al bajo nivel del embalse

Los empresarios se ven obligados a buscar alternativas para salir adelante

Un grupo de piragüistas sale a navegar en la comarca del Sobrarbe.  | TT AVENTURA

Un grupo de piragüistas sale a navegar en la comarca del Sobrarbe. | TT AVENTURA / A. rillo

A. Rillo

La situación de sequía prolongada que padece la mayor parte de la cuenca del Ebro cambia el paisaje y condiciona la vida diaria de miles de personas. Bien lo saben los regantes, sometidos una nueva campaña con restricciones para aprovechar al máximo un recurso limitado. También lo padecen quienes hacen un uso recreativo de las masas de agua. Es el caso, por ejemplo, de quienes regentan establecimientos hosteleros junto a un embalse o quienes tratan de mantener un negocio de actividades acuáticas en la zona.

Este último es el caso de la empresa TT Aventura, ubicada junto al embalse de Mediano, en la comarca oscense del Sobrarbe, que ayer martes se encontraba al 21,4%, (al 22% hace un año), por debajo de la media del último lustro (50%), según los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Según establece el organismo de cuenca, Mediano, junto a El Grado, forman parte de la unidad territorial del Gállego-Cinca, ahora mismo en alerta por escasez, lo que indica que, al no disponer del total del recurso, no se puede garantizar el 100% de los usos.

En ese sentido, la CHE, siendo «sensible» a las necesidades de los diferentes usuarios, recuerda que la Ley de Aguas prioriza los usos de las concesiones en su artículo 58 y los usos recreativos quedan relegados al final del listado.

«Por segundo año consecutivo no podemos sacar todo el partido que querríamos al canon que pagamos porque hay actividades acuáticas como el esquí acuático o el banana loca que no ofrecemos porque no podemos meter el barco», lamenta David, al frente de una empresa que puso en marcha su padre y que ahora mismo emplea a siete trabajadores.

"Podía estar un poco más repartido"

De aquellas espectaculares imágenes de las piraguas adentrándose en la torre de la iglesia de Mediano por las ventanas solo queda rastro en internet porque la torre aflora completa hasta los cimientos. «Los clientes preguntan bastante por actividades como las excursiones en canoa y el pádel surf, pero no las podemos hacer aquí en Mediano y nos tenemos que marchar a El Grado, lo que supone unos 25 minutos de desplazamiento y eso lo hace menos atractivo», explica. Un traslado que también conlleva disponer de los escasos accesos al agua: «Allí nos abocinamos todos junto al Puente de Entremón y es muy incómodo para los clientes», detalla.

Su frustración aumenta por no comprender los motivos que llevan a la CHE a priorizar el llenado de El Grado, varios kilómetros más abajo y que ahora mismo almacena agua al 86% de su capacidad, establecida en 345 hm3.

«Con el paisaje precioso que hay en Aínsa es una auténtica pena que no podamos aprovechar este embalse. Tenemos acceso desde Aínsa y tenemos el icono de la torre de la iglesia, que cuando el embalse está al 50-60% se puede salir de Morillo de Tou y conectar con Gerbe y tenemos el gran atractivo de los scouts de Griébal que ya no bajan porque ahora solo encuentran lodo. Somos conscientes de que el problema principal es la sequía, pero podía estar un poco más repartido», plantea.

Su empresa ha tenido que adaptarse y, además de ofrecer barranquismo y rafting aguas arriba, también presta el servicio de bicicletas eléctricas. «Vamos tirando, y tenemos la suerte de colaborar con Zona Zero y su tarea de recuperar los caminos históricos de la zona», explica.

En la otra orilla, el Griébal Scout Centre recibe cada verano cerca de dos mil chicos y chicas que conviven en plena naturaleza y realizan labores de voluntariado según explica Begoña, coordinadora del centro. «Colaboran en la recuperación del pueblo abandonado y es verdad que las actividades acuáticas que contratamos ahora las tenemos que hacer o aguas arriba o más abajo en El Grado», comenta.