La esfera más grande del mundo, 'made in Aragón', se estrena en Las Vegas con un concierto de U2

El arquitecto zaragozano Miguel Fontgivell, al frente de SACO Technologies y Oboria Digital, cuenta los pormenores del proyecto

Así es la experiencia inmersiva de La Esfera de Las Vegas

Así es la experiencia inmersiva de La Esfera de Las Vegas / MSG ENTERTAINMENT

A. R.

La arquitectura de los grandes recintos y los espectáculos de masas se han abierto a un mundo hasta ahora desconocido con el estreno en Las Vegas de ‘Sphere’, el mastodóntico proyecto de James Dolan, presidente ejecutivo de Madison Square Garden Company, que ha contando con el conocimiento puntero de SACO Technologies y Oboria Digital, dos empresas aragonesas especializadas en aplicar la Inteligencia Artificial (IA) al diseño arquitectónico que están dirigidas por el zaragozano Miguel Fontgivell. 

Así es la pantalla inmersiva de la Esfera de Las Vegas

DARREN ARONOFSKY / INSTAGRAM

Se inauguró ya el pasado 4 de julio, pero la inauguración 'oficial' llegó este viernes 29 con el grupo U2 en el escenario de esa esfera led gigante. El mundo entero descubrió y lo seguirá haciendo las posibilidades inmersivas de una infraestructura a la que ya apuntó hace unos años la imaginación futurista de Matthew Groening, creador de la serie ‘Futurama’ (y 'Los Simpson'), en la que sus protagonistas presenciaban un concierto de unos Beastie Boys encapsulados en un Madison Cube Garden

Espectacular aspecto exterior de la esfera

Espectacular aspecto exterior de la esfera / MSG ENTERTAINMENT

Con unas cifras como los 2.300 millones de dólares de inversión, los 113 metros de altura, los 150 de ancho, los 360 grados de visión y la resolución de 19K x 13,5K, el proyecto, en el que el mayor montante se ha ido en investigación y desarrollo, tiene una clara vocación de ser exportado a otras partes del mundo, «por más que cada país tenga sus propias normas urbanísticas y de seguridad», apunta.

Para los grandes artistas se abre una puerta a otro mundo de giras sin apenas equipo y espectáculos contenidos en una memoria que maneje el petabyte como unidad de medida. Londres ya tiene una parcela reservada y seguramente varias esferas comiencen a acaparar la atención en varios de esos estados de Oriente en los que solo hay grandiosidad y artificio y apenas nada de la «arquitectura humanista» de Europa. 

Con la satisfacción del trabajo entregado y el asombro de haber mantenido en secreto durante años un bombazo que ahora provoca continuos ecos en los medios, Fontgivell sitúa la Esfera como «un reto enorme» a partir del cual cualquier otro proyecto que cae en sus manos «parece más fácil». «Al final hablamos de una superficie de doble curvatura, con  curva en los dos ejes y eso matemáticamente es todo muy complejo, incluso las geometrías de la fachada exterior a partir de paraboloides hiperbólicos (una superficie cuya representación gráfica se asemeja a la masa de una pizza lanzada al aire). Una esfera imperfecta que, recuerda el arquitecto aragonés, exasperó a Dolan el día en que se conocieron: «Él quería una esfera perfecta y así se levantó a dibujarla en una pizarra». 

Aspecto de la Esfera en pleno proceso de construcción

Aspecto de la Esfera en pleno proceso de construcción / MSG ENTERTAINMENT

Para semejante trabajo de grandes dimensiones detalladas al milímetro los equipos aragoneses han explotado sus conocimientos en IA: «Todos programan porque programan alter bots que hacen su trabajo y son estos los que dibujan, los códigos y las inteligencias artificiales hacen el diseño que nosotros les enseñamos a hacer y así una persona puede abarcar mucho más trabajo» , explica. 

Si el prestigio ya ganado y los contratos ahora por llegar serán importantes, a su juicio mayor valor tiene el aprendizaje adquirido: «Lo más valioso para mí es el know-how adquirido, la cantidad de intangibles generados tanto para quienes han trabajado en esto como para para las dos empresas radicadas aquí, en Zaragoza  porque  los proyectos pasan, pero el conocimiento que desarrollas se queda», destaca.

Un conocimiento que Fontgivell confía en poder devolver a la sociedad aragonesa con algún proyecto formativo. Por el momento, «un desideratum personal» a la espera de que la Administración sintonice el canal de la modernidad. «Somos punteros en la aplicación de la IA al diseño arquitectónico y peleo por crear aquí un tejido de economía y talento alrededor de este sector que en Estados Unidos todavía no está desarrollado», expresa. Entre tanto, sus empresas buscan nuevas incorporaciones: «Necesitamos arquitectos, gente BIM (Building Information Modeling), programadores...», enumera. 

Equipo aragonés implicado en el proyecto con las torres del Pilar al fondo.

Equipo aragonés implicado en el proyecto con las torres del Pilar al fondo. / SACO Technologies

Lo de traer a su tierra grandes proyectos, ni a España ni a Europa lo ve ahora mismo factible. «Tenemos la espinita clavada de llevar diez años trabajando en grandes proyectos mundiales y haber sido incapaces de conseguir un cliente, un proyecto en España. A ver si hay suerte». 

Barreras que superar para ello no faltan: la conciencia medioambiental por las grandes exigencias energéticas que estos proyectos suponen y la «arquitectura humanista» propia del Viejo Continente. Especialmente, la del sur del continente, que, según apunta, «choca frontalmente» con esta «nueva arquitectura espectáculo». «Pero también tiene un uso, recuerda, como los aeropuertos funcionales de Estados Unidos, donde no se acude a arquitectos estrella. Aquí pagamos mucho por ellos y luego nos quedamos sin dinero para los contenidos, pero también en Estados Unidos muchas ciudades son horrendas», valora.