Memoria histórica

Enésimo revés en Cuelgamuros para la familia Lapeña: "Ya estamos hartos de mendigar por los restos de nuestros antepasados"

Los familiares de las víctimas aragonesas, Manuel y Antonio Ramiro Lapeña, lamentan el nuevo retraso que supondrá la anulación de la licencia que iba a permitir la exhumación de sus restos

"La justicia está como está y les da la razón", denuncia Puri Lapeña, nieta de Manuel

El deseo de poder enterrar a sus abuelos en Villarroya se trunca, una vez más, para los descendientes de las víctimas

Puri Lapeña, nieta de Manuel Lapeña fusilado durante la guerra civil.

Puri Lapeña, nieta de Manuel Lapeña fusilado durante la guerra civil. / Ángel de Castro

Judit Macarro

Judit Macarro

Nuevo giro en los procesos de las exhumaciones de Cuelgamuros y nuevo pesar entre los familiares de los aragoneses Manuel y Antonio Ramiro Lapeña. "Ya estamos hartos de mendigarpor los restos de nuestros antepasados. Simplemente queremos que, tal como marca la sentencia, se cumpla. Al igual que se han exhumado otros cuerpos de nivel 0, que ya han sido entregados a sus familiares, ¿por qué nuestros familiares no se pueden hacer? Unos sí y otros no, no entendemos nada", lamenta Puri Lapeña, nieta de Manuel Lapeña.

En 2016 una sentencia histórica reconoció a la familia el derecho a exhumar y recuperar sus cuerpos. Desde entonces ha sido un largo periplo judicial y político para los descendientes que "en marzo hará ya ocho años y seguimos igual", señala Puri. "Es lo que hacen siempre. Esta gente son como unos niños malcriados con pataletas y que si no pueden molestar de una manera lo harán de otra. Pataletas de rabia. Tienen dinero, poder y recursos y usan todo lo que puedan por obstaculizar una cosa que es justa y de la que hay una sentencia", incide la mujer.

Puri y sus familiares solo quieren encontrar a sus seres queridos "y darles el descanso que nosotros deseamos , no el que decidieron por ellos ilegalmente". Si aparece su abuelo, Manuel, "lo llevaríamos a Villarroya, que es el pueblo de donde era él y donde está enterrada mi abuela y mi padre". A Manuel lo fusilaron en el Barranco de la Bartolina en 1936, "como a muchos otros al sacarlo de la cárcel, lo asesinaron y lo enterraron junto a otros". En el año 59 los cuerpos fueron reinhumados al valle, sin permiso de la familia. "O eso creemos, porque tras las catas que se hicieron en el barranco no salieron pruebas de que mi abuelo siguiera allí, por lo que entendemos que estará en Cuelgamuros".

En cuanto a su tío abuelo, Antonio Ramiro, "lo asesinaron en las tapias del cementerio de Calatayud, en las fosas", continua Puri. En el caso de Antonio, "sí que hay constancia de testigos que llenaron varias cajas y se las llevaron al Valle de los Caídos" explica la mujer y menciona el deseo de las nietas de "llevar el cuerpo con su mujer".

El abogado de las familias de 128 víctimas del Valle de Cuelgamuros (antiguo Valle de los Caídos), Eduardo Ranz, lamentó ayer el nuevo retraso de las exhumaciones que supondrá la anulación judicial de la licencia urbanística que permitía la extracción de los cuerpos, entre ellos los de los hermanos aragoneses Lapeña. El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 10 de Madrid anuló el acuerdo del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial por el que se concedió licencia urbanística para realizar las obras necesarias para acometer las exhumaciones de la Basílica, como pedían los recurrentes, entre los que se encuentra la Fundación Francisco Franco.

"Todavía no hemos hablado con el abogado", asegura Puri Lapeña, que se enteró de lo sucedido ayer por la tarde. La cuestión es, para la familiar, es que "la justicia está como está y les da la razón. Estamos otra vez igual, es que es lo que hacen siempre: poner denuncias. Los monjes del valle y la fundación Francisco Franco sólo hacen que obstaculizar nuestro derecho y cada vez que se da un paso para adelante, son dos hacia atrás".

Ranz se refirió a este nuevo intento de paralizar las exhumaciones como un "abuso", aunque precisó que desconoce aún el alcance exacto de esta segunda sentencia, dado que el pleito no iba contra las familias, sino contra Patrimonio Nacional.