ARAGONESAS TRABAJADORAS

Día de la Mujer Rural: "Ser mujer es algo difícil en todos los oficios"

Pilar Amorós en uno de sus espectáculos.

Pilar Amorós en uno de sus espectáculos. / El Periódico de Aragón

Judit Macarro

Judit Macarro

Hace más de 40 años, Pilar Amorós se unió a la compañía de titiriteros de Binéfar para realizar espectáculos con música y teatro de títeres para todos los públicos. Como mujer, Pilar admite que el mundo rural no es fácil, pero que con su equipo siempre ha tenido «mucho apoyo, nunca he estado sola».

En 2004, la titiritera quiso llevar más allá el mundo al que se dedica y, por ello, cofundó la Casa de los Títeres de Abizanda. En este proyecto, Pilar admite que, como mujer, «es más complicado a veces realizar algunas gestiones», pero que esto sucede «en cualquier tipo de oficio y, sobre todo, en el mundo rural».

Las comunicaciones son una de las cosas que Pilar destaca, entre los problemas de quienes no viven en la ciudad. «La conexión muchas veces es un problema, que aumenta con la falta de servicios en muchas localidades del Pirineo», explica la titiritera.

En los espectáculos, Pilar y sus compañeros siempre intentan destacar «una serie de valores como la no discriminación y el respeto a las mujeres». Ese es el motivo por el que sus canciones tradicionales suenan distintas, «versionamos las letras porque, con el paso de los años, los valores cambian». Y por eso, en sus conciertos, en lugar de oírse que Don Juan mató a su mujer, para casarse con una costurera, «nosotros decimos que Don Juan dejó a su mujer», canta la titiritera. 

Elena Nasarre, agricultura y ganadera en Alcolea.

Elena Nasarre, agricultura y ganadera en Alcolea. / EL PERIÓDICO

Elena Nasarre: "¡Pues claro que sé llevar un tractor!"

Cuando era pequeña, Elena Nasarre nunca hubiera pensado que se dedicaría a trabajar en el campo. «Mi padre es agricultor de toda la vida, pero yo nunca pensé que acabaría aquí», asegura la joven de 30 años, procedente de Alcolea de Cinca.

A los 18 años, Elena decidió estudiar Nutrición. «Cuando terminé, entré el proceso de no saber si trabajar en lo que había estudiado o meterme en la granja de terneros que tiene mi pareja. Al final me decanté por esta vida y estoy muy contenta», explica y añade la suerte que ha tenido, porque «los hombres de mi vida siempre me han apoyado en todo».

Hace tres años comenzó en la granja y, pasado un año y medio, «decidí comprarme una parcela, donde tenemos cereal y almendros». Los primeros meses, Elena admite que le daba más apuro «coger el tractor y llevarlo por la carretera, me miraba todo el que pasaba».

Pero, después de tres años admite que trabajar en su campo es algo que disfruta «y me encanta la tranquilidad que encuentro». Desde que empezó, nunca se ha sentido fuera de lugar, a pesar de ser la única mujer agricultora en el pueblo. «Son todos muy amables y me tratan como una más», señala. Aunque añade que «siempre hay alguien que se sorprende y me pregunta si sé llevar el tractor... ¡Pues claro!».

La cantante con su guitarra.

La cantante con su guitarra. / Jaime Galindo

Isabel Marco, Cantautora de Alcorisa: «En el mundo rural hay mucho machismo»

Isabel Marco, natural de Alcorisa, empezó en el mundo de la música con sus amigos, a modo de hobbie, en el año 2000. Su primer grupo se llamaba Insolencia, en el que estuvo hasta 2018, cuando decidió dedicar su vida a cantar y escribir canciones.

Empezar con los amigos fue algo fácil y divertido para Isabel. «No tienes más pretensiones que salir a tocar y divertirte», explica la cantautora. Pero conforme pasaron los años, «cada vez intentas ser más profesional y la presión se hace más grande».

 A lo largo de su carrera, Elena admite que «al ser mujer te encuentras con mayores dificultades, porque te van a juzgar de manera diferente». Una barrera que la joven admite que «hay que romper, porque a las cantantes nos escuchan, en su mayoría, mujeres».

En el mundo rural, «todavía hay mucho machismo, siempre hay gente que te pregunta que si las canciones las compongo yo sola. Hay escepticismo de que seas capaz de crear algo por ti sola», denuncia Isabel.

Entre otras barreras, la joven señala las comunicaciones: «Si no tienes coche o transporte, lo tienes muy complicado para moverte entre pueblos». Aunque a pesar de todos los contras, a Isabel le «maravilla» vivir en el mundo rural y «no me gustaría tener que irme a la ciudad para seguir tocando». 

María José Meda en su restaurante.

María José Meda en su restaurante. / El Periódico de Aragón

María José Meda, chef del Batán en Tramacastilla: «Algunos se sorprenden de que sea mujer chef»

En un pueblo de un centenar de habitantes de la sierra de Albarracín, Tramacastilla, trabaja Maria José Meda como chef y gerente delrestaurante- hospedería el Batán, con una estrella michelín. «El año que viene será nuestro 25 aniversario y es todo un orgullo llevar tantos años y ser una chef mujer con una estrella michelín», declara María José.

Trabajar en una zona rural para esta cocinera es asumir que «es un mundo más masculino que femenino, pero creo que poco a poco las mujeres nos estamos abriendo camino a nivel gastronómico».

En 2013, María José y sus compañeros recibieron la estrella michelín. «Cada año nos la han renovado y , aunque vives con esa presión de tener que mantenerla, siempre intentas hacerlo un poco mejor y estar en constante cambio y aprendiendo», señala la chef.

Para ella, la cocina tiene que ser «algo mixto, sin distinciones de género y todos enriqueciéndonos juntos». Alguna vez, «cuando piden felicitar al chef, los clientes se han sorpendido de que fuera una mujer».

A pesar de las dificultades de la maternidad, María José pudo compaginar el cuidado a su hijo de un año con su oficio. «Al final, cuando tienes un hijo tienes que atenderlo y a veces te debates entre tu futuro y el pequeño, pero si la pareja se sabe compaginar, no hay problema».