DENUNCIA DE LOS ECOLOGISTAS
Cada mes mueren en Aragón 52 aves electrocutadas de media
Ansar asegura que han fallecido 310 hasta mayo y otras 574 el pasado año
Cada mes fallecen una media de 52 aves electrocutadas en Aragón. En concreto, el pasado año fueron 574 ejemplares los que murieron a causa de estos tendidos que proliferan cada día más en los campos. Y en los cinco meses de 2023, de enero a mayo, han sido ya 310, según los datos oficiales del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Gobierno de Aragón.
Así lo denuncia la Asociación Naturalistas de Aragón (Ansar) con motivo de un reciente caso que identificaron miembros de esta organización el pasado 10 de octubre en una salida de campo rutinaria por Cinco Villas. Al circular por la carretera CHE-1501 a la altura de Valareña, observaron un ave grande, de color negro, colgando de un poste de un tendido eléctrico. Se trataba de una cigüeña negra, especie catalogada en peligro de extinción.
un siniestro «doloroso»
Por la disposición de los cables, desde Ansar dan casi por seguro que había muerto electrocutada. «Lo grave es que, al consultar datos, ya en el mismo poste en octubre de 2022 habían aparecido tres ejemplares de cigüeña blanca muertas por la misma causa», aseguran en este grupo ecologista, que lamentan que haya ocurrido en un poste «de reconocida letalidad que seguía sin corregirse».
«Es doloroso ver como este tipo de siniestros se vuelven a repetir, en este caso después de un año», apuntan. «Cómo la dejadez, la inacción o la falta de escrúpulos del propietario de la línea y las administraciones responsables de la conservación de la biodiversidad y de la supervisión de líneas eléctricas, siguen provocado muertes por no haber aislado el poste», consideran desde la asociación naturalista. «Deberían haber aislado todos los postes de ese tendido en concreto, caracterizados como peligrosos por la disposición de los cables y los aisladores», aseveran.
Al ritmo de aves electrocutadas que se viene registrando hasta mayo, Ansar cree que es posible que se supere las cifras de años anteriores. «Esto va a seguir a más, pues los tendidos eléctricos están proliferando con la instalación de tendidos y torres para los parques eólicos y solares, bombeos de regadío, granjas…», apuntan.
Los ecologistas sostienen que la mayoría de las aves que mueren en los tendidos eléctricos son especies legalmente catalogadas, y protegidas por la ley, algunas en peligro de extinción. Recuerdan además que las aves que se encuentran abatidas por electrocución «son un pequeño porcentaje de las que realmente mueren» ya que muchos postes no se vigilan o son difícilmente accesibles y los cadáveres pueden ser depredados desapareciendo al cabo de un tiempo, incluso en pocas horas o días. También señalan que los tendidos eléctricos matan de dos maneras. La primera y más grave es cuando el ave cae electrocutada en un apoyo, y la solución es proceder a su aislamiento si se quieren evitar más muertes. La otra forma es por colisión del ave con los cables.
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