LA ANTESALA FESTIVA A LA NAVIDAD

Turismo rural para el puente: Como en casa en ningún sitio

Las viviendas rurales siguen de moda y muchas han colgado el cartel de completo para estos días

La casa rural La Ribera Ordesa.

La casa rural La Ribera Ordesa. / SERVICIO ESPECIAL

Arturo Pola

Arturo Pola

La pandemia catapultó a las casas rurales como uno de los destinos predilectos para seguir haciendo planes de ocio con familia y amigos sin multiplicar sobre manera el número de contactos. Desde entonces, el turismo rural ha conseguido mantenerse en la cumbre de las preferencias de los viajeros para disfrutar de sus vacaciones. Aragón, por su privilegiada orografía, ha sido una de las comunidades españolas que más se ha visto beneficiada por esta tendencia que una vez más será patente en el puente de esta semana.

Estos días que vienen se han convertido en un punto de encuentro para muchos grupos de amigos que tiran de casa rural y, en algunos caos, ya se reservan estos alojamientos para disfrutar de los días de Navidad en familia. «Es un fenómeno que cada vez apreciamos más», explica Jesús Marco, presidente de la Federación Aragonesa de Turismo Rural (Faratur).

Esta asociación, que aglutina a alrededor de 800 viviendas, agrupa la mayor oferta de turismo rural en Aragón. «Mucha gente casi que descubrió esta forma de viajar a raíz del covid, sobre todo los más jóvenes, a los que casi no les quedaba otro remedio. Y parece ser que les ha convencido», reflexiona Marco.

No es ese, sin embargo, el único motivo por el que se explica el auge de las casas rurales, tanto en Aragón como en el resto de España. El factor económico influye también mucho a la hora de apostar por este tipo de turismo. «Este tipo de alojamientos no son baratos, pero sí que te permiten reducir luego mucho los costes del resto del viaje», explica Alejandro Marín, abogado y representante en Zaragoza de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Así pues, el ocio indoor que se disfruta en las casas rurales posibilita ahorrar en restauración, ya que se suele comer y beber en las propia estancia. Además, las localizaciones en las que se sitúan estas viviendas permiten realizar actividades en la naturaleza, como excursiones por la montaña, escalada o senderismo que resultan baratas o prácticamente a coste cero. «La filosofía del carpe diem que se impuso tras los meses de pandemia sigue vigente. La gente prioriza ahora vivir experiencias y disfrutar de momentos a comprar cosas materiales. Ahora sí, el dinero es el que es y todos nos debemos ajustar a una realidad económica», reflexiona Marín.

De la misma manera lo percibe Alfredo Bergua, propietario desde hace más de 20 años de las casas La Ribera Ordesa, en Escatrón (Huesca). «El boom del coronavirus se ha ido diluyendo poco a poco, pero más que por que haya bajado el deseo de salir de casa, es por la falta de medios», subraya Bergua. Sin embargo, el aragonés explica que la cifra de visitantes se ha estabilizado en un número superior al de antes de la pandemia. «Y eso que estas casas siempre han funcionado».

A pesar de no contar con ninguna estación de esquí en sus alrededores –la gran demanda de estos meses–, Bergua tiene reservadas desde hace mucho sus casas para este puente de diciembre. «Si hubiera tenido más también se habrían alquilado, sigo teniendo que disculparme con muchos interesados que siguen llamando», afirma.

Una situación que se repite también para todos los fines de semana de las navidades. «Y entre semana en Navidad también tengo visitantes», matiza Bergua, que reconoce la subida de precios, en su caso entre un 10% y un 15%. «Intento estrechar los márgenes al máximo y no gano más dinero que antes, pero el mantenimiento de las casas ha subido una barbaridad y al final lo tenemos que reflejar en el precio final. Entiendo las dificultades de la gente, pero esto es un negocio», finaliza.

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