crónica política

Todos los viajes del presidente Jorge Azcón

El ir y venir del líder del Ejecutivo sigue mosqueando en el Palacio de La Aljafería y las críticas por la falta de proyecto para la comunidad afloran

La oposición tampoco rentabiliza sus ausencias

Azcón en la reunión del centro de emergencias del 9 de enero, con la consejera de Presidencia. | GOBIERNO DE ARAGÓN

Azcón en la reunión del centro de emergencias del 9 de enero, con la consejera de Presidencia. | GOBIERNO DE ARAGÓN / sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Jorge Azcón tenía tan solo tres años cuando Robert Redford y Dustin Hoffman unían fuerzas en Todos los hombres del presidente para destapar el escándalo del Watergate y reventar la carrera política de Richard Nixon. 47 inviernos después, Azcón es hoy un líder con batuta y dos partituras, orquestando a todo ritmo la política nacional y sosteniendo en moderato los primeros seis meses de su Ejecutivo autonómico.

La última semana colmó el vaso de esa oposición que ve al líder popular como un hombre de paso, al que acusa de ambicionar más un puesto en la planta noble de Génova que de dirigir el futuro de Aragón. El viaje privado a Puerto Rico, de seis días en el Caribe –concierto de Luis Miguel incluido– es la puntilla que obliga a Azcón a asumir desde ya el control de la agenda política de la comunidad. La ausencia del presidente en una de las semanas más convulsas del arranque de la legislatura, con las nieves de la borrasca Juan, el renacimiento de la amenaza del trasvase, el revés judicial de la escuela de Caneto o la suspensión de un Consejo de Gobierno, le ha pasado factura.

La ausencia del presidente durante la pasada semana privó a los aragoneses de escuchar de su voz su férrea oposición al trasvase del Ebro, transmitida con anterioridad en algunas declaraciones a los medios de comunicación. Un hecho que sí aprovechó el vicepresidente primero, Alejandro Nolasco, en un movimiento entre la dirección de Vox en Madrid y su papel de segundo espada del Ejecutivo autonómico: sí al plan hidrológico nacional, pero no a un trasvase que lastre las reservas hidrológicas de la comunidad. Minipunto para la ultraderecha en el Pignatelli, tapado por una Mar Vaquero que habló en nombre de todos los consejeros.

Todos los viajes del presidente

Todos los viajes del presidente / sergio H. Valgañón

Azcón sí tuvo contundencia en su rechazo al trasvase pero su ausencia en la última semana ha dado alas a la oposición –que le reclama unas declaraciones ya conocidas– y al resto de los líderes populares. Los mensajes del presidente andaluz, Juanma Moreno, o del murciano, Fernando López Miras, dirigen la pelota del trasvase a los pies del presidente del PP a nivel nacional, Alberto Núñez Feijóo. En Aragón, los populares confían en la mesura de un líder conocido por su política de pactos y acuerdos, que sepa calmar unas aguas que se presumen tan revueltas como las del Ebro durante todo su trayecto.

De todas maneras, de martes a jueves tendrán tiempo para solucionar el conflicto. Azcón, en una nueva edición de sus viajes, se suma a la caravana del PP hacia Bruselas para llevar al Comité Europeo de las Regiones la denuncia de la ley de amnistía. El presidente aragonés compartirá expedición con los mencionados Moreno y López Miras, además del valenciano Carlos Mazón y la balear Marga Prohens. Los cuatro barones peninsulares tendrán tres días para, aparte de focalizar el discurso una vez más en la política nacional y en los pactos de Pedro Sánchez, conformar una táctica conjunta sobre cómo afrontar la crisis del trasvase del Ebro desde el ala de un Partido Popular al que el dominio en la mayoría de las comunidades se le puede atragantar con este asunto.

Todo ello después de la enésima peregrinación de los populares a Madrid, en busca de llenar unas plazas que comienzan a reflejar cómo la sociedad ha asumido la presencia de Pedro Sánchez durante cuatro años –o los que sea capaz de mantener sus acuerdos– en La Moncloa.

Sin rédito en la oposición

Las críticas a Azcón por no marcar la agenda política y seguir la senda que dejan las acciones del Gobierno central no han servido a la oposición, liderada por el PSOE, para mellar el escudo del presidente. El líder del Ejecutivo apenas ha vacilado en estos seis meses en los que ha mirado de refilón a Aragón y por encima del hombro a todas las izquierdas de La Aljafería.

Un ejemplo es el viaje a Puerto Rico. Lejos de sentir apuro alguno, Azcón justificó su ausencia y cargó de veneno el dardo que mantiene con las pulsaciones bajas al PSOE. Al resto, como casi siempre, los deja fuera de una ecuación en la que los problemas a resolver le llegan casi más desde el Pignatelli que desde las bancadas opuestas. Caneto o el trasvase son casos que deben azuzar la necesaria reactivación de los partidos fuera del Gobierno. Enero llega a su fin sin activar del todo la maquinaria política en Aragón. Todos, Azcón, Gobierno y oposición, tienen otra oportunidad en febrero. 3, 2, 1... ¿acción?

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