SEMANA SANTA DE ZARAGOZA

Sábado Santo de Sepulcro y de Dolor a golpe de campana

Centenares de zaragozanos y cofrades quisieron besar sus pies al igual que la cofradía de Las Esclavas que con su ronco tocar de las campanas y su imagen mariana accedieron al templo

Zaragoza demoró su despertar este Sábado Santo tras una larga y masiva procesión del Santo Entierro, pero justo a tiempo para volver a llenar la plaza del Justicia y el interior de la iglesia de San Cayetano. Hoy las miradas se las llevó uno de los héroes de Los Sitios, el Cristo de la Cama. Centenares de zaragozanos y cofrades quisieron besar sus pies al igual que la cofradía de Las Esclavas que con su ronco tocar de las campanas y su imagen mariana accedieron al templo.

Como es ya tradicional, la procesión de la Soledad hizo presencia en las calles de El Gancho poco antes del mediodía. La cofradía de Las Esclavas, la única exclusivamente femenina de la ciudad, salió de la iglesia de San Pablo ataviadas con su característico hábito negro en el que no hay ni capirote ni tercerol, sino una cofia negra, que sujeta un manto de luto, que cae por detrás, casi hasta el borde de la túnica, y por delante, hasta el pecho, tapando la cara. En su pecho un Escapulario de la Virgen de los Dolores sobre el pecho y a la cintura un cordón blanco en la cintura, con tres nudos en un extremo y cuatro en el otro, que simbolizan los siete dolores de María. Un simbolismo que es el protagonista frente a los tambores y bombos de otras cofradías zaragozanas. Las hermanas llevan bien una vela o una campana de hierro que rompe un respetuoso silencio.

Recorrieron las calles hasta llegar al Mercado Central, dejando una estampa que hacía años que no se veía tras la reforma del edificio y se adentraron a San Cayetano con la Virgen que realizara Carlos Palao a finales del siglo XIX y que este año es la imagen del cartel de la Semana Santa. Su manto negro lleno de azabaches llenó un templo en el que destacaba en el altar el Cristo de la Cama que este año la hermandad de La Sangre de Cristo decidió presentarlo al pueblo en el centro sobre el paño rojo y negro con calaveras del antiguo catafalco y custodiado por una vela de hermanos y de sus tradicionales romanos.

Cada año es diferente y este 2023 sorprendió el marco. La hermandad eligió como telón de fondo un terciopelo negro con los escudos dorados de la reforma del Santo Entierro y en el centro la bandera blanca de La Sangre de Cristo de 1912. Debajo el esqueleto de 1818 que ahora no procesiona, pero que sí lo hacía y que es una alegoría del Triunfo de la Vida sobre la Muerte.