Justo cuando ha cumplido 20 años de vida, el Casademont Zaragoza afronta el quinto cambio en su dirección deportiva para que llegue el sexto encargado de confeccionar la plantilla del club aragonés. Desde su fundación han sido cinco los que han ocupado ese puesto, Pepe Arcega las tres primeras temporadas, Alberto García Chápuli durante cuatro años, Willy Villar siete campañas, lo que le convierte en el más duradero, Salva Guardia en una breve pero intensa etapa de dos años y Pep Cargol, los últimos cuatro.

No ha sido, pues, un puesto especialmente volátil en el club aragonés aunque esta es la primera vez en veinte años que el cambio de director deportivo se produce en febrero. Hasta ahora todos se habían hecho oficiales con la temporada terminada, ya en el mes de junio. En este caso el Casademont pretende que el sexto director deportivo de su historia, Toni Muedra, pueda trabajar con tiempo pensando en el futuro.

Se estrenó en el puesto José Ángel Arcega. Llevaba un año retirado como jugador y fue uno de los fundadores de la entidad el 2 de febrero de 2002. La dificultad de la primera temporada fue máxima, puesto que tuvo que confeccionar una plantilla en un mes ante la dilación en conocer en qué categoría competiría finalmente el equipo. Quizá su fichaje más recordado sea el de Matías Lescano, santo y seña de los primeros años, aunque también trajo a Ciorciari, Pep Cargol u Otis Hill. La exigencia no cumplida de ascender a la ACB pasó factura al proyecto los primeros años. Un playout para eludir el descenso, unas semifinales y unos cuartos de final por el ascenso más la Copa Príncipe fueron el balance de sus tres temporadas, en las que pasaron por el banquillo Oliete, Zeravika, Quintana y Alfred Julbe en dos etapas.

Pepe Arcega: Fundador del club y primero en el puesto. | VÍCTOR LAX

Pepe Arcega: Fundador del club y primero en el puesto. | VÍCTOR LAX

En junio de 2005 llegó Alberto García Chápuli, hasta entonces subdirector administrativo de la sección de baloncesto del Real Madrid, la mano derecha de Lolo Sáinz. El CAI quería a Berdi Pérez, pero no fue posible. La llegada de Chápuli supuso la salida de Pepe Arcega unos días después. En tiempos de bonanza, con los mayores presupuestos para elaborar plantillas, el madrileño pudo hacer dispendios como fichar a Quinteros haciéndole renunciar a la ACB o a Pozzecco para el playoff. Dos semifinales perdidas en el quinto partido precedieron al primer y ansiado ascenso del club, en 2008. La temporada en ACB fue un desastre con solo 8 victorias y Chápuli dimitió tras el descenso. Julbe, Chus Mateo, Curro Segura y Alberto Angulo fueron sus entrenadores.

Alberto García Chápuli: Con él llegó al fin el ascenso. | NEIMA PIDAL raquel machín

Para el nuevo proyecto en LEB el entonces CAI Zaragoza eligió primero a su entrenador, el aragonés José Luis Abós, y después al director deportivo, Willy Villar (su primera opción fue Lolo Encinas). Ambos venían de trabajar juntos en Inca y formaban una sociedad perfecta que se mejoraba el uno al otro. El canario estuvo siete temporadas, cinco de ellas con Abós hasta su triste fallecimiento, en las que el club no solo regresó a la ACB a la primera sino que se asentó en la máxima categoría. Tres participaciones en la Copa, dos en el playoff con las semifinales de 2013 y tres en la Eurocup fueron su balance. Joaquín Ruiz Lorente y Andreu Casadevall fueron los técnicos tras Abós.

Salva Guardia, El más breve y polémico de todos. | ARCHIVO EL PERIÓDICO DE ARAGÓN raquel machín

En 2016 ambas partes llegaron a un acuerdo para la desvinculación del director deportivo y el club apostó por Salva Guardia, exjugador, con experiencia en la gestión del Bilbao Basket y agente de jugadores. Su etapa fue la más breve, intensa y polémica por sus formas, con despidos sonados y enfrentamientos continuos con los árbitros. Fueron dos años de salvaciones in extremis, con cuatro entrenadores (Casadevall, Guil, Cuspinera y Cargol) y numerosos jugadores. El más destacado, sin duda, Gary Neal.

Pep Cargol pasó del banquillo a la dirección deportiva. Su estreno en el cargo no pudo ser mejor. De la mano de Porfirio Fisac, un técnico magnífico pero con quien es difícil trabajar, Cargol hizo un trabajo sensato con apuestas poco arriesgadas a las que el segoviano sacó el máximo rendimiento. Unas semifinales de la Liga y el tercer puesto cuando llegó la pandemia así lo avalan. Después, el catalán ha acumulado errores de la mano de entrenadores que no han funcionado. Ocampo. Hernández, Casimiro y Ponsarnau han pasado por el banquillo y numerosos jugadores por la plantilla. El año pasado el bronce europeo supo a poco en el club y el equipo se quedó sin Europa. En este, no endereza el rumbo pese a los cambios que, de nuevo, ha habido en la plantilla.