La crónica del Breogán-Casademont Zaragoza: hundidos otra vez (82-77)

El Casademont Zaragoza protagonizó en Lugo un nuevo hundimiento en el último cuarto. Totalmente grogui, sin respuestas más allá de lanzamientos desesperados de tres, el equipo aragonés encajó 30 puntos en el último parcial y tiró por tierra su buen trabajo hasta ese momento. Había tenido once puntos de renta y llegó a perder por quince a menos de tres minutos para el final, dejando los últimos instantes en una simple cuestión de averajes. Ni el acierto exterior (11/26 en tiros de tres), ni el buen partido de Bell-Haynes (20 puntos) fueron suficientes ante la total desconexión de los últimos minutos. Una derrota muy peligrosa (82-77) porque deja al Casademont Zaragoza metido de lleno en la pelea por evitar el descenso. Una temporada más.

El quinteto inicial estuvo condicionado por las bajas. Langarita salió al dos y Watt al cuatro ante las ausencias de Yusta y Sulejmanovic. El Casademont Zaragoza comenzó mandando gracias a la ley del ex, esa que dice que te va a hacer un traje el jugador que ha estado en tus filas, en este caso con un Bell-Haynes infalible desde el triple y muy activo en todas las acciones. Con un elevado acierto exterior (4/5 en triples en el primer cuarto) y un Okafor omnipresente en su despedida, el equipo aragonés empezó mandando ante un Breogán consciente también de la importancia del partido. 

McFadden debutó ya en el primer cuarto y no tuvo ningún problema en asumir tiros desde el primer momento. Logró dos triples para nueve puntos antes del descanso que le vinieron muy bien al Casademont en un segundo parcial en el que ya no estuvo tan acertado de tres y en el que el Breogán quiso agarrarse al partido como pudo. La tensión era evidente y los colegiados señalaron dos técnicas al conjunto local (una a Mrsic y otra a Juan Fernández que el Casademont sí aprovechó para mantener su ventaja.

La máxima

El Casademont ya había logrado ventaja al término de los primeros diez minutos (16-23) y llegó a los once en el segundo parcial (24-35) gracias sobre todo a la aportación de los exteriores, pero el partido estaba muy lejos de estar resuelto. Además, Okafor acumulaba dos faltas y Watt, tres, lo que podía ser un problema en el final del partido. El equipo aragonés consiguió llegar al descanso con ventaja (34-40) pero todavía mucho trabajo por delante.

La segunda parte, con el mismo quinteto inicial, comenzó como la primera, con una buena racha exterior. Esta vez fue Mark Smith quien anotó dos triples y ocho puntos de corrido que dieron otra vez ventaja de diez puntos al Casademont Zaragoza (40-50, min. 4) que permitían a los aragoneses llevar las riendas del partido. Incluso cuando la anotación se ralentizó y ambos empezaron a fallar más que a acertar. El empuje de Bell-Haynes, imponiéndose por físico, fue clave para que el equipo mantuviera su ventaja, que regresó a los cinco puntos a la media hora de juego (52-57).

Un minuto más le duró la diferencia, lo que le costó al Breogán empatar el partido (57-57) para poner nervioso al Casademont y poder culminar la remontada para que el Pazo enloqueciera con los suyos. El conjunto local supo aprovechar la inercia ante un Casademont totalmente grogui al que Fisac intentó levantar de la lona con un tiempo muerto (68-62 a 5.28) que no resultó. El cuadro lucense ya estaba de crecida y el Casademont completamente KO. Imprecisiones en ataque, pérdidas y una defensa insuficiente permitieron al Breogán, a lomos de Diouf, llegar a los quince puntos de ventaja (80-65) en la recta final del partido. 

El Casademont se hundió del todo y ya solo pudo evitar una sangría en el averaje. Okafor se despidió sin más pena que gloria, superado al final por Diouf antes de parar para operarse. Fisac sigue sin encontrar el camino con un equipo castigado por las bajas pero demasiado frágil incluso cuando consigue ir por delante en los partidos. Tan frágil que solo ha ganado tres partidos de once.