--¿Qué tiene que ver la transmedia con La novia, su segunda película que empezará rodar en abril?

--La novia, como es una adaptación de un clásico de la literatura española (de Bodas de sangre, de Lorca), ya tiene una dimensión transmedia, un concepto que habla de los relatos que van trasvasándose de un medio a otro y, en este caso, es un relato que pasa de la literatura al cine. Este relato tiene unas raíces muy fuertes y un significado con muchas posibilidades, como todos los clásicos, y, por eso, queremos darle distintos niveles, que van desde internet hasta una dimensión visual o editorial con un cómic.

--El concepto transmedia es contemporáneo, pero, ¿Bodas de sangre lo lleva intrínseco?

--Creo que todos los clásicos tienen esa potencialidad transmedia porque, en realidad, transmedia es contar desde un relato madre todos los relatos paralelos y significados y discursos que circulan alrededor y que tienen como doble dirección, con lectores, espectadores activos, interactivos... Todos aquellos relatos que tienen una validez que cruza el tiempo y el espacio como cualquier clásico, tienen esa posibilidad de ser contado de muchas formas.

--En una época en la que le estamos dando la espalda a los clásicos, ¿hay que revisitarlos?

--Es fundamental. Precisamente decía Freud y se lo escuché yo a otra directora, Josefina Molina, en los momentos de derrumbe, que los relatos fundacionales son todavía más necesarios porque hay que revisar las raíces. En este caso, Lorca supo sintetizar con una mezcla de tradición, modernidad, vanguardia, y símbolos, pasiones muy humanas y de universos mágicos a la vez.

--¿Cómo se ha acercado al mundo de Lorca?

--A mí Lorca, la primera vez que lo leí, y especialmente Bodas de sangre, me provocó una convulsión interior grandísima. Me parece una obra tremenda a nivel humano. Me acuerdo cuando tenía 15 años de haberla leído y pensar cómo me gustaría hacer una película de esta obra. El mundo de Lorca hoy tiene más fuerza que nunca porque se mueve en un código que es el de la tragedia. Son relatos muy fuertes, salvajes y viscerales, pero la tragedia es, ante todo, una experiencia, como decía Aristóteles, de purificación, de pasiones tan límite que te limpian el alma y te regalan una reflexión que te devuelve a las pautas fundamentales. Y hoy necesitamos relatos que vayan hasta el fondo, que pregunten otra vez el orden de las cosas.

--El universo de García Lorca es muy potente en cuanto a simbolismo y poesía. Una faceta en la que ya viene avalada usted por De tu ventana a la mía. ¿Busca el mismo camino con este filme?

--A mí me gusta y entiendo el mundo, en cierta medida, con códigos simbólicos. El universo de Lorca sí que es un reto. Estos símbolos, este mundo, es más extremo, requiere más y eso sí que es lo que da miedo.