EN EL PALACIO DE MONTEMUZO

El pintor Joaquín Ferrer abre las puertas de su nueva colección

La exposición 'Horizontes de papel' podrá visitarse hasta el próximo 7 de mayo

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

La sala de exposiciones del Palacio de Montemuzo de Zaragoza acoge una muestra del pintor zaragozano Joaquín Ferrer Millán (Zaragoza, 1951), titulada ‘Horizontes de papel’, en la que el artista traslada al espectador a un mundo de formas redondeadas, curvas sinuosas, de líneas suaves y ondulantes, de figuras irregulares y trazos libres que, en cierta medida, recuerdan a la naturaleza. La exposición podrá contemplarse hasta el 7 de mayo.

La exhibición se encuentra integrada por 45 obras minuciosas basadas en tres factores: el color, la forma y las líneas. Realizadas con tiralíneas sobre papel y con una gama cromática delicada, las obras datan desde el año 2002 hasta hoy, y se reparten en tres espacios. Esta ha sido presentada esta mañana a las 11.30 horas por el propio Ferrer y la jefa de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Romana Erice. «Si hay algo que define a Joaquín, es su incansable ritmo de trabajo. De la misma manera que un escritor o un músico intentan llevar un hábito de trabajo diario, Joaquín siempre intenta encontrar un hueco para pintar todos los días. Es una necesidad fisiológica para él», ha explicado Erice.

Ferrer ha agradecido al Área de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza por la oportunidad de volver a exponer sus obras en Zaragoza, su ciudad natal. Un hito que el pintor llevaba sin realizar desde hace 20 años. «2023 para mí es un año muy especial, porque se cumplen 50 años desde que firmé mis primeras obras. Esta exposición tendría que haberse exhibido antes, pero por una mezcla de circunstancias personales y decisiones ajenas se ha ido retrasando hasta el día de hoy. De todas formas, considero que ha merecido la pena esperar porque al final sí que se ha podido llevar a cabo», ha confesado el artista.

Lo que Ferrer ha buscado con esta colección es una variedad en el color y en las formas, que intentan describir su trayectoria profesional a través del arte óptico y cinético sobre papel y lienzo; con inspiraciones en artistas como Vasarely o Samperio. El espacio central, que da nombre a la exposición, ha sido creado especialmente para esta ocasión. El autor ha seleccionado 16 cuadros sobre papel en formato vertical, cuya composición se organiza en bandas horizontales semejando un efecto «moiré» de colores que van desde el amarillo dorado y el naranja, pasando por el lila, al azul verdoso y añil. 

Algunas de las formas evocan una llamada al mar, algo que siempre le han solido mencionar a Ferrer: «Por supuesto lo que a cada individuo le causan mis obras es algo personal, pero sí que es cierto que el mar tiene un efecto seductor en nosotros, los artistas». «Me suelo inspirar en imágenes reales de la naturaleza para luego ir creando los conceptos en mi mente. Sobre todo intento ser siempre muy meticuloso con mis bocetos, los planifico con bastante precaución», ha continuado.

El propósito de la colección

El pintor ha declarado que «esta colección nace a partir de un discurso interior de satisfacción personal con la libertad artística; viendo un universo inmenso desde la soledad de un estudio. Si mis obras son capaces de comunicar y transmitir mi honestidad, tenacidad y respeto a la técnica, para que las mentes de los espectadores se expandan, puedo decir que mi felicidad será completa».

Joaquín Ferrer Millán inicia su recorrido artístico en 1977 en la Galería de Arte Berdusán, donde mantiene una constante presencia individual en las principales galerías y salas de arte no solo zaragozanas y aragonesas, sino también españolas, en ciudades como Valencia, Bilbao o León. Entre sus exposiciones destacan su serie exhibida en el Palacio de Sástago en 1988, Luxemburgo en 1996 o las tres en la Galería Orfilia de Madrid. Su actividad expositiva colectiva también ha sido fecunda, así como su participación en certámenes pictóricos, donde ha cosechado valorados premios.