RECONOCIMIENTO EN HOLLYWOOD

Medio siglo del único Oscar aragonés

El 27 de marzo de 1973, ‘El discreto encanto de la burguesía’, de Luis Buñuel, ganó la estatuilla

'El discreto encanto de la burguesía', de Luis Buñuel.

'El discreto encanto de la burguesía', de Luis Buñuel.

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

El 27 de marzo de 1973, Hollywood por fin reconoció al aragonés Luis Buñuel con el Oscar a 'El discreto encanto de la burguesía' en la categoría de Mejor película de habla no inglesa. Un hecho que, más allá del galardón, fue un «desagravio» al director turolense que no solo había intentado trabajar hasta en tres ocasiones diferentes en Hollywood sino que había visto como tres años antes, con «una película como 'Tristana' con Catherine Deneuve», a pesar de estar nominado no le concedieron el Oscar. Aunque hay que hacer un matiz, explica el catedrático de Historia del Cine de la Universidad de Zaragoza, Agustín Sánchez Vidal: «Si no hubiera venido de un país con una dictadura como la de Franco, era muy premiable, pero de esa forma era imposible».

De hecho, no hay que olvidar que 'El discreto encanto de la burguesía' era una producción francesa: «Es en ese momento cuando vieron la ocasión de darle el Oscar y, probablemente, echarían la vista atrás y se darían cuenta que Buñuel tenía una vieja relación con Hollywood donde a pesar de que lo intentó y le hubiera encantado, no pudo trabajar. El Oscar, sin lugar a dudas, fue un desagravio histórico», explica el propio Agustín Sánchez Vidal.

La comida con la que los grandes directores de Hollywood rindieron homenaje a Luis Buñuel.

La comida con la que los grandes directores de Hollywood rindieron homenaje a Luis Buñuel.

El famoso homenaje

Un hecho que comenzó incluso meses antes con la famosa comida homenaje que le brindaron los grandes directores de Hollywood de la época al aragonés: «Él estaba muy orgulloso de esa comida –relata Sánchez Vidal–. Además de todos los que aparecen en la foto (George Cukor, Alfred Hitchcock, Rouben Mamoulian, William Wyler, George Stevens, Billy Wilder, Robert Wise y Robert Mulligan), ese homenaje también lo apoyaban dos directores fundamentales para él, Fritz Lang y John Ford. Gracias al primero, que estaba ya muy delicado y no pudo ir a la comida y su película Las tres luces, el aragonés se dedicó al cine. Buñuel apreciaba mucho el cine de Hollywood de todos ellos, un cine muy creativo y con una gran calidad que a él le encantaba».

Luis Buñuel posa disfrazado con el Oscar que consiguió.

Luis Buñuel posa disfrazado con el Oscar que consiguió.

Meses después le llegaría el reconocimiento al calandino con una película que quizá no tiene el nivel de otras de su carrera, pero que para Agustín Sánchez Vidal tiene muchas virtudes: «Es una película técnicamente muy bien rodada, con unos movimientos de cámara muy elegantes y unos planos secuencia muy fluidos. Hay que tener en cuenta que estamos ante un Buñuel que llegaba a un público más amplio al que hubiera llegado en una etapa más radical», recuerda Sánchez Vidal, que ahonda en este aspecto: «En la última etapa francesa, a la que pertenece esta película, Buñuel, tenía una dificultad. Son películas que no son baratas y que, por lo tanto, tenían que tener un buen rendimiento comercial. Y él soluciona muy bien la papeleta, consiguió que tuvieran un sello suyo y fueran reconocibles, pero que llegaran a una amplia audiencia. Está claro, eso sí, que es una etapa más relamida, con menos fuerza que la gran etapa mexicana, no tiene la fuerza de 'Los olvidados' ni de 'Viridiana', pero sí que son películas que están muy bien», rememora el catedrático.

Buñuel no acudió a la gala de los Oscar (recogió el premio el productor Serge Silberman), pero sí estuvo a punto de generar un grave problema cuando ante unos periodistas mexicanos, tan amigo de las bromas, aseguró que había pagado los 25.000 dólares que costaba el Oscar. «Fue una broma muy inoportuna que les pudo costar un disgusto porque está muy alejada del humor que hay en Hollywood», afirma Agustín Sánchez Vidal. Sin embargo, Buñuel era incorregible y, de hecho, cuando ganó el Oscar, además de hacerse una foto disfrazado junto a la estatuilla, no dudó en señalar: «Los estadounidenses son hombres de palabra». 

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