DENTRO DEL CICLO DE LA RAÍZ

La crítica de Javier Losilla: Los días de radio de Leyla McCalla

La artista norteamericana de raíces haitianas actúo el viernes en el Centro Cívico Delicias

Leyla McCalla.

Leyla McCalla.

Javier Losilla

Javier Losilla

«Toda la vida no es otra cosa que escalar una colina / para buscar el sol que extiende más allá / confundido después con estrellas y luces menores / y planetas donde aún reina la oscuridad». Este texto pertenece al poema Search, de Langston Hughes, cuya obra está ligada al llamado Renacimiento de Harlem. A esa letra puso música Leyla McCalla, norteamericana de raíces haitianas afincada en Nueva Orleans, y la canción resultante la incluyó en el disco Vari-colores songs, todo un tributo a Hughes y una forma de manifestar su compromiso con su herencia africana.

McCalla (voz, cello, guitarra y banjo) interpretó esa pieza el viernes en Delicias, en el cierre del necesario ciclo de conciertos De la raíz. Esa y un puñado más de composiciones que tienen un pie en el Caribe y otro en el folk-blues americano. Llegó por primera vez a Zaragoza para facturar un concierto notabilísimo (lástima que el gran público todavía no conozca la extensión de su arte), muy bien acompañada por Nahum Zdybel (guitarra), Shawn Myers (batería y percusión) y Pete Olynciw (bajo y contrabajo). Gran parte del repertorio lo extrajo de Breaking Thermometer, su álbum más reciente, un hermoso tributo (con fragmentos de emisiones incluidos) a los periodistas de Radio Haití que fueron represaliados y, en algunos casos asesinados, por el régimen del dictador François Duvalier. 

Así, sonaron cosas como For dimanche, Bal est fini, Pouki, You don’t know me (escrita por Caetano Veloso), Ekzile, Wine Wè, Memory Song y Dan Reken, con música tradicional y letra del periodista Richard Brisson (uno de los asesinados), cuyo parecido con el tema principal de la banda sonora de Éxodo salta al oído, lo que nos lleva a preguntarnos si el compositor Ernest Gold no se inspiró en esa melodía haitiana. Esas canciones y otras procedentes de discos anteriores dieron forma a un concierto que nos paseó por diferentes colores musicales antillanos, los ecos de la canción francesa y la negritud del blues.

Un sugerente recorrido en el que los sonidos crudos enlazaron con los más cocinados, la voz y los instrumentos de Leyla marcaron bien los territorios y la instrumentación de los tres músicos sonó como si la banda hubiera sido más numerosa. Y antes de retirarse del escenario, Leyla, que canta en criollo, francés e inglés, interpretó Eh La Bas, un vibrante recuerdo para su Nueva Orleans de acogida, que cerró con el estribillo de la muy conocida Iko Iko, canción que nació en el no menos famoso desfile de Mardi Grass.

Sobre el escenario de Delicias, desde la raíz a las puntas, Leyla McCalla ofreció un estimulante 'programa de radio' repleto de memoria fiesta y libertad. En un mundo de ruido y furia, la voz de Leyla McCalla tiene el valor del silencio más elocuente; es decir, de la palabra más audaz. ¡Bravo!