EL FESTIVAL DEL AÑO EN ZARAGOZA

Los mejores momentos del Vive Latino

El festival da un salto de calidad en esta segunda edición y vuelve a reivindicar el recinto de la Expo como espacio idóneo

Andrés Calamaro y Kase.O, juntos en el Vive Latino

Jaime Galindo

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

El Vive Latino ha logrado dar un salto de calidad en esta segunda edición. Esa es al menos la sensación generalizada entre la mayoría de los asistentes que ya acudieron a la llamada del festival el año pasado. La inversión a nivel de infraestructuras aumentó y todo carburó como una máquina bien engrasada.

Los tiempos de espera en las barras y en los baños se redujeron y apenas hubo quejas por las filas en los estands gastronómicos a diferencia del año pasado. Algo destacable teniendo en cuenta que a esta edición ha acudido más gente. Porque el festival se ha quedado cerca del 'sold out' al congregar a unas 44.000 personas, frente a las 33.736 del año pasado.

El Vive Latino ya empieza a echar raíces en la Expo y va camino de convertirse en una cita casi obligada para muchos zaragozanos. Uno de esos compromisos a organizar con tiempo para tener garantizados los abuelos-canguro o que no coincidan las fechas de las vacaciones en la playa. 

Eso sí, la organización debe empezar a sembrar con la mirada puesta en atraer a más gente de fuera de la la ciudad para garantizar su viabilidad futura, ya que la mayoría de asistentes proceden de Zaragoza y su entorno. El festival tiene mimbres para conseguirlo. Sobre todo porque cuenta con un recinto idóneo para albergar un acontecimiento de estas características.

Por el momento, el Vive Latino ya ha permitido reivindicar culturalmente un espacio como la Expo y dejar claro que Zaragoza no puede permitirse el lujo de desaprovechar un escenario como el anfiteatro.  

Esta segunda edición reunió a 39 artistas de ambos lados del Atlántico en una gran fiesta de la música en la que imperó el buen rollo y no se produjo ningún incidente reseñable. La alcaldesa Natalia Chueca destacó que los zaragozanos «han estado a la altura» y dejó claro que el festival va a tener de su lado a las instituciones si los promotores, como todo apunta, deciden organizar la tercera edición.

Este segundo Vive Latino dejó grandes momentos. Este diario desgrana a continuación algunos de los más destacados.

Calamaro y Kase.O, juntos en el escenario Ambar

No era la primera vez que sucedía. Ya ocurrió en 2019 en Pirineos Sur, pero fue igual de especial: Calamaro y Kase.O juntos en un escenario. El rapero zaragozano salió a cantar 'Flaca' y 'Mitad y Mitad' con el argentino y el escenario Ambar se vino abajo, demostrando una vez más el enorme predicamento que Kase.O genera entre buena parte de los amantes zaragozanos a la música. Calamaro era uno de los grandes nombres de esta segunda edición y no defraduó. Su concierto se convirtió en un encadenamiento de 'singles' y llenó hasta la bandera el escenario principal del Vive Latino.

Los conciertos más multitudinarios

La organización del festival conformó en esta segunda edición un cartel de lujo con artistas capaces de reunir a miles de espectadores. De hecho, se vivieron conciertos multitudinarios como el de Juanes el viernes. El colombiano demostró que es un auténtico ídolo en Latinoamérica (había público que había comprado la entrada solo para verle a él) combinó repertorio nuevo con el clásico provocando que por momentos el público cantara por encima del propio artista. Si el escenario Ambar está pensado para una capacidad de 22.000 personas es para conciertos como este. Calamaro y Los Fabulosos Cadillacs también lo llenaron hasta la bandera, así como Loquillo, que en la jornada del sábado confirmó que sigue teniendo un enorme tirón entre el público zaragozano.

Julieta Venegas y Lila Downs brillan con luz propia

Julieta Venegas, en el anfiteatro, y Lila Downs, en el escenario Embou (el más pequeño), eran dos de los grandes nombres de la primera jornada del festival. Muchos habían marcado en rojo ambas actuaciones y lo cierto es que las artistas mexicanas no defraudaron lo más mínimo. La primera llenó el anfiteatro con un público heterogéneo que coreado temas tan conocidos como Me voy, Limón y sal, Lento o Andar conmigo. La segunda conmovió a sus seguidores en un escenario que se quedó pequeño para acoger tanto talento. De hecho, el Embou programó en esta segunda edición a artistas de gran nivel y con bastante tirón, como es el caso de Ana Tijoux o No Te Va Gustar.

Julieta Venegas llenó el anfiteatro de la Expo el pasado viernes.

Julieta Venegas llenó el anfiteatro de la Expo el pasado viernes. / Jaime Galindo.

Más artistas aragoneses

La presencia de artistas aragonesas aumentó en esta segunda edición, constatando que el festival también puede convertirse en un gran altavoz para los músicos de la tierra. Gran Bob y Los Leones del Bluegrass, Erin Memento, Los Bengala, Tachenko y Calavera pusieron el sello aragonés a la cita. Tachenko y Los Bengala demostraron el gran tirón que tienen entre el público local llenando el escenario Embou. Los que también triunfaron fueron los dos integrantes del grupo zaragozano Modelo (Jorge Doherty y Batz), que ofrecieron un concierto sorpresa en la jornada del sábado tras su éxito en el Sonorama Ribera.

Las actividades paralelas

Además de la música, el festival ofreció otros alicientes. Una vida paralela que tuvo un gran recibimiento entre los asistentes. En esta segunda edición no hubo lucha libre mexicana (una actividad que el año pasado despertó un gran interés en el cuadrilátero que se instaló en el recinto), pero se volvió a organizar un 'photocall' con una cámara 360, así como un set de maquillaje festivalero. También se instaló un toro mecánico, una cabina en la que volaban boletos de regalo y un 'Quién es quién' gigante con los artistas participantes en el festival. En definitiva, una serie de actividades paralelas que atrajeron a una gran cantidad de público.