La quiebra de la sociedad del empresario Calisto Tanzi ha convertido al Parma (98,7% de Parmalat) en un enorme supermercado en rebajas donde a todos les interesa comprar. La sociedad rica de buenos productos ya ha perdido a una de sus estrellas: el japonés Hidetoshi Nakata, que ha sido prestado al Bolonia. Y ya son muchos los grandes equipos que revolotean en torno al resto de jugadores.

Aunque el club no se encuentra aún, como el resto de las actividades de la sociedad Parmalat, bajo una administración controlada, necesita un milagro si no quiere terminar en los anales de la historia o hundido en la serie C, como el Fiorentina. Y es que el Parma ha acumulado un déficit de 77 millones de euros ante un capital social de 52 millones, y la Grant Thornton, sociedad de revisión, ha declarado que no puede certificar el balance del club. Es una cifra menor que la de otras sociedades futbolísticas de Italia pero la quiebra total de Parmalat hace del Parma un equipo en vías de extinción.

En busca del milagro

La única salvación pasa por la recapitalización prevista para el 9 de enero, que permitiría la entrada de dinero en las vacías arcas de la sociedad, y la venta de su plantilla. Sobre el aumento de capital parece que nadie está dispuesto a echar una mano. El trío de empresas que se decía que se había formado para salvar al Parma ha negado rápidamente sus intenciones. "No tenemos ningún interés en salvar al Parma", comentó Marco Rossi, presidente de la ParmaCotto, y de la Unión de Industriales de Parma. El Consorcio del jamón de Parma, otro de los posibles salvadores, también niega haber mantenido contactos con el club.

Con el préstamo de Nakata al Bolonia, la sociedad se ha ahorrado seis meses de sueldo, es decir medio millón de euros. El próximo será Adriano, el joven brasileño que tiene en copropiedad con el Inter y que en el futuro pasará al conjunto de Milán. El trasvase se cerrará en enero en 27 millones de euros.

Entrar en sociedad

Una ayuda inesperada podría llegar por parte del magnate ruso Roman Abramovich, que algunos comentan que podría entrar en sociedad, y que ya ha mostrado su interés por el portero francés Frey, al que compraría ahora pero que pasaría al Chelsea la próxima temporada. La lista sigue con los defensas Bonera y Ferrari, el centrocampista Marchionni y el delantero Gilardino, por los que ya antes se interesaban los grandes equipos, pero que ahora se convertirían en la solución para el Parma, al dejar en sus arcas 40 millones de euros. El equipo, sexto en la Liga, está casi a salvo del descenso aún cediendo a sus estrella pero si llegará para el 9 de enero un socio dispuesto a grandes sacrificios económicos quizá podría optar a clasificarse para la UEFA.