Manu Herrera será guardameta del Betis si esta mañana supera el reconocimiento médico para firmar --sería solo por una temporada--, con el club verdiblanco. Su salida supone una gran liberación para el Zaragoza, puesto que era la más difícil de las que quedaban. El portero, que acudió por la tarde a La Romareda para despedirse de sus compañeros, llegó a un acuerdo ayer para rescindir su contrato. El Huesca, tras la lesión de Javi Jiménez, tanteó su incorporación, pero al madrileño al final le ha seducido más la alternativa de Primera División, pese a que en el Betis de Gustavo Poyet va a partir como tercer portero por detrás de Antonio Adán y Dani Giménez. Otro de los clubs que lo tenía en la agenda era el Córdoba.

El Betis tenía su nómina de porteros completa, pero la semana pasada decidió que saliera Pedro, en principio con destino al Recreativo, para que el meta del filial tenga minutos. Poyet desea tres guardametas en nómina y el club verdiblanco presentó la propuesta al portero zaragocista, con el que el club negociaba su salida en forma de desvinculación para ahorrarse su ficha. La lesión de Javi Jiménez en el Huesca hizo que el club oscense hiciera una tentativa por él, como así confirmó su representante a este diario, pero finalmente pesaron más la determinación de Manu Herrera de intentar buscar minutos en el Betis en Primera División y la oferta económica que la posibilidad de jugar de forma habitual que le ofrecía el Huesca.

La llegada de Irureta y el ascenso de Ratón en la portería blanquilla mermaron las posibilidades de titularidad de Herrera en el Zaragoza, por lo que el club le estaba buscando una salida a pesar de que todavía le quedaba un año de compromiso.

PALAMÓS, ANTES Y DESPUÉS

Luis Milla no contó con él durante la pretemporada, ya que el arquero ni siquiera llegó a ir convocado en los dos últimos amistosos de preparación y tanto a él como a su entorno se les dejó claro que no tenía posibilidades de jugar en el equipo zaragocista esta temporada. Así, su situación en el club era complicada y su salida inminente ya que había cuatro porteros, Irureta, Ratón, Whalley y Manu Herrera, en un puesto en el que la planificación del área deportiva solo contemplaba dos durante temporada.

El guardameta, de 34 años, que llegó el año pasado desde el Elche como especialista veterano y experto para dotar al marco zaragocista de personalidad y estabilidad tras unos años sin referencias en el puesto, cuenta con una amplia trayectoria deportiva tras sus experiencias en la categoría base del Real Madrid, el Eibar, el Levante, el Alcorcón, el Elche y el propio Real Zaragoza.

El portero madrileño deja el Zaragoza después de haber disputado 23 partidos de Liga y uno de Copa la pasada temporada, la mayoría con Carreras, ya que Popovic confió más en Bono. Sin embargo, la goleada sufrida contra el Llagostera en Palamós (6-2) en el último partido de la Liga dejó al meta muy marcado, porque tuvo una mala actuación ese día, donde su futuro empezó a definirse fuera del Zaragoza.

WHALLEY, SIN PRISA

El club debe buscar salida ahora a Whalley en forma de cesión. De momento, hay más tranquilidad en esta negociación y el meta no ve con buenos ojos irse a un club de Segunda B. No tiene ofertas de Segunda y su salida está más fría, aunque el club está seguro de que se marchará cedido antes de que acabe el mercado de fichajes de verano.