Un Barça roto completa en Mónaco su diciembre 'horribilis'

De mal en peor, el Barça rueda por una pendiente a la que no se le ve fin. En Mónaco sumó una nueva derrota en el último partido del año (91-71), la cuarta seguida, para completar un diciembre ‘horribilis’ y tanto las sensaciones que desprende el equipo como el lenguaje corporal que transmiten los jugadores de Grimau no auguran nada bueno con el Madrid a las puertas (el día 3 visita el Palau en la Euroliga).

El Mónaco fue uno de los cuatro equipos de la última Final Four. Un equipo con ambición, sólido y agresivo, liderado por el genial Mike James (20 puntos) y Diallo (19), que convirtió en una fiesta el partido en la Salle Gaston Medecin aprovechándose de un Barça roto, sin alma, que se deprime a la más mínima contrariedad. Solo Parker, Parra y Kalinic superaron la decena de puntos. El balance azulgrana empieza a ser aterrador: 7 derrotas en los últimos diez encuentros.

Sin referentes

Inmerso en una crisis de altura, el Barça ha perdido hasta sus referentes. Satoransky, especialmente, y en menor medida Laprovittola han caído en una depresión que ha dejado al equipo sin brújula, algo que tampoco logra solucionar Jokubaitis cuando les da el relevo. En la misma situación se encuentra Vesely, el ancla defensiva del equipo, que al menos aporta su capacidad de lucha. Y en la rotación ha caído hasta Willy Hernangómez (siete minutos jugó), el fichaje estrella de este verano que debía marcar diferencias.

El 12-3 inicial a favor del Mónaco en los primeros minutos fue una muestra del guion del partido. Agresividad y efectividad en el equipo del Principado y ausencia de defensa, errores y pérdidas en el bando azulgrana, que se pasó los seis primeros minutos con una sola canasta. Con Mike James al mando de las operaciones, el Mónaco llegó a dispararse hasta los 16 puntos en el primer cuarto. El Barça intentó aferrarse al partido al descanso como pudo (47-36) con alguna acción de orgullo. Pero siempre se encontró a remolque, superado en los dos lados de la cancha por un rival muy físico, que llegó a ventajas de escándalo (89-59) y le endosó la sexta derrota en la Euroliga, que le cuesta la segunda posición.