La montaña en Aragón

"Es importante ver a mujeres liderando proyectos de montaña"

Miriam Marco, directora del Equipo Femenino de Alpinismo de la la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), hace balance de su primer año en el cargo

Miriam Marco, directora del equipo femenino de alpinismo de la FEDME.

Miriam Marco, directora del equipo femenino de alpinismo de la FEDME. / FEDME

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Lleva un año largo como Directora del Equipo Femenino de FEDME. ¿Qué balance hace de este periodo?

Muy positivo. Estoy muy orgullosa del trabajo que están haciendo las deportistas, de su ilusión, de su unión, de su evolución y de cómo se lo han tomado en serio desde el primer día. Son un grupazo, unas máquinas como alpinistas y la verdad es que han mejorado mucho y aún les queda margen por crecer. Es un viaje en todos los sentidos. Hemos abierto vías en lugares como el desierto de Wadi Rum en Jordania y en Arabia Saudí o vías de big wall en paredes remotas de Groenlandia. Son grandes experiencias. Queda la nota final: La expedición a Nepal.

¿Tienen definido este destino?

Hay varias opciones. Aún está en fase de estudio. Estamos buscando zonas menos frecuentadas, en valles menos conocidos y más vírgenes, con el objetivo de afrontar una expedición en mayor altura que hasta ahora. La meta es acometer alguna apertura en alguna montaña alrededor de 6.000 metros.

Como novedad han recogido este periplo en una serie de documentales ‘Abriendo caminos’.

Es un proyecto para dar visibilidad al equipo y al alpinismo femenino y al deporte femenino en general. Además del componente deportivo y de que se conozcan las vías que hemos ido abriendo, existe esa motivación de generar referentes. En este sentido, el apoyo recibido por el Consejo Superior de Deportes, el Área de Mujer y Montaña de la FEDME e Iberdrola es esencial. Junto a las distintas proyecciones estamos yendo a dar charlas a colegios, a contar nuestra experiencia y mostrar a los niños y a las niñas que hay mujeres fuertes, que también suben montañas. En Aragón nos hemos movido mucho. Nos llena muchísimo ir a colegios a dar a conocer lo que hacemos. Creo que estamos dando una nueva visión a los chicos y chicas jóvenes.

En el equipo hay una aragonesa, la turolense Ángela Altaba. ¿Qué nos dice de ella?

Es una jabata. Le pides algo y desde cero te está ayudando, siempre tiene ideas, buena predisposición, alegría. Vino con un gran potencial y ahora es una auténtica realidad. Una máquina. Ángela es como todas, una personaja. Es aragonesa de pura cepa. Todo energía.

"Ángela Altaba es una jabata. Le pides algo y desde cero te está ayudando, siempre tiene ideas, buena predisposición, alegría. Vino con un gran potencial y ahora es una auténtica realidad"

¿Cómo ha evolucionado el programa desde su experiencia en 2010 en la primera promoción?

En muchísimos sentidos. Estaba con María Asunción Yanguas, Maddi Arrazola, Iratz Inziarte y Lisi Roig, además de Vanessa Adisson, fallecida escalando en Cavallers. Estuvimos primero con la aragonesa Cecilia Buil de directora y después la dirección pasó a manos de Simón Elías. Antes había estado en el equipo nacional mixto. Ahora es distinto. Ha evolucionado en organización y compromiso, promocionado al contar con un patrocinador importante, que nos da más visibilidad y eso se nota en el compromiso de las deportistas. Antes era todo más improvisado, estábamos empezando. Ahora es un equipo muy potente con un nivel muy alto.

Es catalana, aunque afincada en Aragón desde hace más de dos décadas. Subió con once años el Aneto, fue premiada como la mejor deportista de Federación Aragonesa de Montañismo en 2010 e incluso se inició en el Grupo de Tecnificación de Alpinismo de FAM.

Yo venía del mundo del esquí. Fue una parte muy importante de mi evolución. De chicas estaba en el Centro de Tecnificación Aragonés también Marta Alejandre, que luego sería la primera aragonesa en subir un ochomil. Poder conocer a gente de mi edad, siendo tan joven, con las que hacer alpinismo, era muy motivante. Los técnicos eran buenos, teníamos ganas y en los centros de tecnificación te enseñan a progresar. Fue a partir de esa experiencia cuando pude aprender más y engancharme a otros proyectos. Es un bagaje con el que vas llenando la mochila.

En su formación casi siempre tuvo técnicos masculinos. Ahora es usted quien ocupa ese lugar. ¿Cree que hay diferencias en la manera de dirigir la enseñanza en montaña entre hombres y mujeres?

Creo que esa pregunta te la tendrían que contestar las chicas del Equipo FEDME. Estoy seguro que hay hombres que podrían hacerlo igual o mejor que yo. No sé si ellas estarán contentas con que sea yo la directora (sonríe). Sí que tener una visión feminista conjunta puede ayudar en muchos aspectos y genera mucha complicidad. Pero aparte del trabajo como técnica, lo que es más importante es el hecho de que haya mujeres liderando. No es que sea mejor o peor ser un técnico hombre o una técnica mujer, lo que es interesante es ver mujeres en puesto de responsabilidad y generar esos nuevos roles.

¿Prefiere cordadas mixtas o femeninas?

Creo que a todas las mujeres nos gusta escalar con mujeres. De pequeña siempre iba con hombres porque éramos muy poquitas. Poder hacerlo entre nosotras hace que se genere un ambiente diferente y además son tus amigas. Las amigas son muy importante en nuestra vida.

En los últimos años se ven más cordadas femeninas y se les da más trascendencia.

Es cierto que en los medios una cordada femenina tiene más difusión porque hasta ahora lo corriente es que las expediciones fueran lideradas por hombres y ese cambio genera noticia, rompe patrones y le da un valor desde fuera. Pero también es verdad que a la hora de una actividad no decides a tu compañero por una cuestión de género sino porque te llevas bien, hay sintonía y confianza en el trabajo. Hasta el momento en las cordadas mixtas se daba por establecido que quien iba a liderar era el hombre y quizá por eso en las cordadas netamente femeninas se elimina esa visión y se le da otro valor.

¿Qué mujeres destacaría del actual panorama alpino español?

En este momento la aragonesa Nieves Gil y Lucia Guichot conforman una cordada muy fuerte. Marina Fernández también está haciendo cosas muy chulas. Aunque para mí las actividades de Silvia Vidal ¡son las más grandes!

La aragonesa Ángela Altaba, primera por la izquierda, y Miriam Marco, primera por la derecha, junto al resto del equipo nacional.

La aragonesa Ángela Altaba, primera por la izquierda, y Miriam Marco, primera por la derecha, junto al resto del equipo nacional. / FEDME

¿Quiénes eran sus referentes?

No lo sé muy bien. Ester Sabadell era de mi club y salía en ‘Al Filo', la veías en la tele y te decías ‘también puedo subir montañas’. Araceli Segarra, en su ascensión al Everest, tuvo mucha repercusión y nos llegó a muchas jóvenes. Silvia Vídal, que lo sigue haciendo, no solo por el nivel que tiene sino por cómo gestiona sus proyectos, es extraordinaria y muy motivadora. Por supuesto, Edurne Pasaban, Cecilia Buil… Y también hombres. En el Valle de Benasque he tenido mucho contacto con Alberto Posada, Jordi Corominas…

Ahora la referente es usted.

No lo sé. Sí sé que es algo que no he perseguido. Sólo que he tenido la suerte de ir haciendo lo que quería, ir cumpliendo mis sueños. Y eso sí me enorgullece. Si alcanzando mis metas puedo motivar a otras para lograr las suyas, aunque no sea consciente, me alegro. No he hecho nada especial. Nunca me he sentido diferente, solo he querido cumplir mis sueños.

Siempre ha roto moldes. Llegó a ser la responsable del Grupo de Tecnificación de Esquí de Montaña de Aragón en una selección que tenía a Manu Merillas, campeón del mundo de trail running.

Sí, yo provenía del esquí y me lo ofrecieron. No pude estar mucho tiempo porque estaba en medio de la formación como guía y era complejo compatibilizarlo. Estaba Manu, que venía a las competiciones, pero ese iba solo (sonríe). Recuerdo que había dos chicas: Berta y Claudia.

En 2019 se convirtió en la primera española en obtener la certificación como Guía de Alta Montaña. ¿Ha sufrido situaciones de machismo por ejercer esta profesión hasta ahora exclusiva para hombres?

Siempre te encuentras al típico montañero que te da consejitos paternalistas o te pone más en duda, pero ya no le doy mucha importancia. La visión está cambiando. Ha habido una transformación importante en muy poco tiempo. Ahora somos dos guías y pronto seremos cinco cuando Lucía, Ruth y Diana terminen el curso. Me alegro de que seamos más para que se normalice en la profesión, como en toda la sociedad.

"Pronto seremos cinco mujeres guías de alta montaña. Me alegro que se vaya normalizando"

La montaña es la segunda actividad federada en licencias femeninas. Sin embargo, esta trascendencia no se sigue traduciendo en puestos directivos ni en clubs ni en federaciones. ¿Es el techo más difícil de superar en el montañismo?

Se van introduciendo cambios. En FEDME se ha creado la Vicepresidencia de Igualdad con Reyes de Miguel. Se han creado espacios como Montañeras Adebán que da una visión distinta donde las mujeres puedan sentirse cómodas haciendo una actividad. Se amplían las redes en las que puedes encontrar complicidad, compañeras, sin tener que ir con tu marido, pareja o amigo. Hace 25 años yo ya acudía a encuentros de escaladoras en busca de este tipo de redes en las que sociabilizarte. Por suerte estos espacios se están ampliando. Y como en toda la sociedad, vamos dándole valor a nuestra aportación y nos vamos empoderando.

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