Toyota Motor anunció ayer que investigará la seguridad de sus SUV después de suspender las ventas en todo el mundo del modelo de lujo Lexus GX460, en un nuevo golpe para la compañía japonesa. Un portavoz de Toyota señaló que realizará pruebas en todos sus todocaminos urbanos o SUV (Sport Utility Vehicle), incluidos los populares RAV4 o el Land Cruiser, "para determinar si existe algún riesgo en el control de estabilidad" señalado por la revista Consumer Reports para el GX460.

El Lexus GX460 2010 fue calificado por esa influyente publicación estadounidense de "un riesgo de seguridad" y recomendó no comprarlo hasta que se solucionen los problemas que considera podrían provocar el vuelco del vehículo en giros a altas velocidades.

Según medios nipones, Toyota planea reparar voluntariamente las 6.000 unidades vendidas del GX460, la mayoría en EEUU, e introducir modificaciones en el sistema de control de estabilidad y otros aspectos del vehículo para rectificar ese posible riesgo de vuelco. La advertencia de la revista afecta ahora a la división de lujo del primer fabricante mundial, uno de los segmentos más rentables para la compañía.