La socorrida imagen de la montaña rusa para explicar el comportamiento de los inversores empieza a quedarse corta. "El mercado es emocional: no solo no es siempre racional, sino que la mayoría de las veces es irracional, sobre todo cuando el miedo campa libremente", como acierta a explicar Miguel Ángel Rodríguez, analista asociado a XTB. Un buen dato de paro en Estados Unidos salvó ayer otra jornada de pánico, en que las bolsas dieron todo tipo de tumbos. Pero bien podría haber acabado de otra forma, porque la sensibilidad es extrema.

Las mercados de renta variable abrieron con ansias compradoras, ya que las fuertes caídas de los últimos días hacían que hubiera muchos valores a precio de ganga. Pero los ánimos se torcieron rápidamente, en cuanto se difundió el rumor de que un banco asiático estaba cortando sus líneas de crédito a un gran banco francés y que otras cinco entidades lo estaban estudiando.

Apenas 24 horas después del cataclismo que causó la infundada habladuría de que Francia podría perder su máxima calificación crediticia, el nuevo rumor provocó una caída a plomo de los bancos franceses. Particularmente de las acciones de Société Générale, el banco sobre el que hay más sospechas, por más que el Banco de Francia y la Comisión Nacional del Mercado de Valores defendieran su solidez y tachen las sospechas de "infundadas".

El desplome de la banca arrastró a la bolsa gala, y esta caída, a su vez, se contagió a toda Europa. Así, el Ibex 35 se volvió a subir en el Dragon Kahn por cuarto día consecutivo: comenzó subiendo cerca del 3,9%, pasó a ceder más del 2,5%, para luego volver a darse la vuelta y cerrar con un alza del 3,56%, hasta los 8.249,4 puntos. Se trata de la primera subida tras nueve sesiones en rojo, de la primera de este agosto aciago y de la segunda mayor del año, tras la del 12 de enero. Con todo, el selectivo sigue acumulando una caída en el año de más del 16%.

REUNIÓN MERKEL-SARKOZY La situación empezó a mejorar cuando comenzó a circular otro rumor: el de que los supervisores de mercado europeos estaban planeando prohibir temporalmente las operaciones especulativas con apuestas bajistas a corto, por más que ninguna de ellos lo confirmó.

Más importante aún fue el anuncio de que, por fin, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibirá el martes a la cancillera alemana, Angela Merkel, para debatir sobre una posible reforma de la gobernanza de la zona euro. El mercado lo interpretó como un primer paso hacia la respuesta definitiva y contundente a los problemas de la deuda europea que llevan reclamando desde hace más de un año.

Con todo, lo que realmente hizo cambiar el semblante de los inversores fue el dato de solicitudes de desempleo en Estados Unidos durante la semana pasada. Resultó mucho mejor de lo esperado --395.000, frente a las 405.000 previstas-- e hizo disiparse un tanto el fantasma de una recaída en la recesión de la primera economía del mundo.

La buena noticia neutralizó el efecto de un incremento del déficit comercial del país por encima de lo pronosticado --53.100 millones de dólares en junio, el 4,4% más-- y de un sondeo que indicó que el 47% de los estadounidenses estima que lo peor para la economía está por llegar, con el efecto que ello puede tener en el consumo. Ignorándolo, Wall Street abrió al alza y cerró la sesión con un repunte del 3,94%.

Algunos analistas comienzan a percibir síntomas de estabilización. "Estamos viendo como se aposenta el polvo levantado en los últimos días. La decisión de la Reserva Federal de anunciar que mantendrá los tipos bajos hasta mediados del 2013, algo que no había hecho nunca, transmite determinación", apunta Rodríguez, el analista de XTB. "No descartamos un pronunciado rebote de corto plazo en los activos de riesgo, ya que están muy sobrevendidos. De cualquier forma, estos no son tiempos normales, y en el medio plazo, los riesgos siguen siendo altos", apuntó Frank Engels, de Barclays, en una nota.

INCERTIDUMBRE Con todo, la situación sigue siendo delicada, como prueba que el oro --el valor refugio por antonomasia-- superase ayer por primera vez los 1.800 dólares por onza, si bien luego cerró en los 1.760 dólares. El euro mejoró el 0,36% hasta los 1,4228 dólares, pero el barril de petróleo brent, de referencia en Europa, permaneció plano en los 106,65 dólares, prueba de las dudas que hay sobre la recuperación.

Donde la situación no para de mejorar es en las primas de riesgo. La diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y el alemán de referencia en la compraventa de inversores se relajó desde los 284 puntos a los 268,81 puntos básicos, mientras la prima italiana caía hasta los 270,2 y la francesa hasta los 75.