Energía

El precio de la luz se da la vuelta durante el año: en verano más barata por el día y en invierno por la noche

El despliegue masivo de renovables rompe tendencias históricas en la cotización del mercado de electricidad, que ya cambia en función de la estación del año por el peso de la eólica y la fotovoltaica.

Torre de la red de electricidad completamente cubierta de hielo.

Torre de la red de electricidad completamente cubierta de hielo. / Redeia

El despliegue masivo de nuevas plantas de energías renovables que se está produciendo en España está provocando un terremoto en el funcionamiento del mercado eléctrico. Históricamente el mercado mayorista de la electricidad -en el que productores, comercializadoras y traders compran y venden la energía que se consumirá al día siguiente- marcaba sus precios más bajos durante la madrugada, en las horas en que hay menos demanda de luz.

La expansión acelerada de energías verdes está rompiendo la tendencia tradicional. Tras los precios récord que la electricidad marcados durante lo peor de la crisis energética (con picos por encima de los 500 euros por megavatario hora, MWh), la cotización se ha moderado relativamente aunque sigue alta frente a los niveles previos a la crisis (actualmente se ha estabilizado entre los 100 y los 120 euros por MWh). En los últimos meses lo que sí ha cambiado son las horas en que se registran generalmente los precios más baratos.

Frente a la tendencia que se mantuvo durante décadas de que los precios más bajos siempre se concentraban durante la noche por la menor actividad empresarial y el menor consumo de energía, en los dos últimos años la gráfica de cotizaciones diarias marcan un comportamiento diferente, según reflejan los registros del Operador del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE).

En los meses con más horas de luz -entre abril y septiembre, especialmente- los precios más baratos de la electricidad se concentran claramente en las horas centrales del día debido al impacto que tiene en la formación de precios la mayor producción de las plantas de energía solar fotovoltaica y por el boom del autoconsumo.

Por el contrario, en los meses de otoño e invierno -singularmente entre noviembre y enero- las cotizaciones más bajas en relación al precio medio del mercado siguen registrando de madrugada por el menor peso de la solar en momentos del año con menos horas de luz y por la habitual mayor producción de la eólica en esos meses.

“El nuevo reparto de horas más baratas de electricidad a lo largo del año ha venido para quedarse y probablemente irá agudizándose. Cuando más energía solar y más eólica haya, la tendencia se mantendrá o se profundizará”, explica Francisco Valverde, consultor especializado en energía y que ha analizado la evolución de las diferencias de precios horarios del mercado eléctrico de los últimos años que muestra como este año las variaciones se han agudizado este ejercicio. “Con carácter general en verano la mayoría de los días la electricidad será más barata por el día gracias a la fotovoltaica y en invierno la tendencia es que sea más barata por la noche gracias a la eólica”, resume.

Con la entrada del otoño y del invierno lo normal es que la producción de los parques eólicos crezca porque habrá más viento y que, por ello, los precios más bajos empiecen a trasladarse a las horas. Es la evolución prevista y que sería esperable por el creciente aportación de la energía eólica, pero otros factores influirán en que se materialice. “Dependerá del viento que efectivamente haya, de la producción de la hidroeléctrica, del precio del gas natural y de los derechos de emisión de CO₂ y su impacto en la cotización de todo el mercado, de la demanda de electricidad en cada hora…”, avisa Antonio Delgado Rigal, consejero delegado de la consultora Aleasoft Energy Forecasting. “La tendencia general en el verano con precios baratos durante el día es clara, pero la previsión para los inviernos es más ambigua y con más factores condicionándola”.

Electricidad a cero euros

Durante los últimos meses, de hecho, el enorme despliegue de nuevas renovables, más rápido de lo esperado especialmente en el caso de nuevas plantas fotovoltaicas, está haciendo que se dispare el número de horas en que el mercado mayorista de la electricidad marca precios de cero euros -más de 60 horas sólo en lo que va de año- o precios de derribo de apenas unos céntimos. El mercado mayorista marca precios diferentes para cada hora del día y este año se están multiplicando las horas en que ese precio es cero.

El mercado eléctrico fija lo precios mediante un sistema marginalista, que hace que la última y más cara tecnología necesaria para cubrir la demanda marque el precio de todas las demás. Algunas tecnologías de generación denominadas inframarginales (las renovables, la nuclear y la hidroeléctrica) entran en el mercado a precio cero, así que cuando la producción de estas energías es suficiente para cubrir todo el consumo previsto la cotización se queda en esos cero euros. Y eso es lo que ha pasado en esa sesentena de horas durante este año.

La confluencia de momentos de menor demanda y del cada vez mayor peso de las energías renovables en el mix de producción de electricidad en España están haciendo que se repitan con mayor frecuencia estos episodios. Las horas a precio cero se están concentrando en fines de semana y días festivos por el menor consumo de electricidad.

Pero las horas con precios desplomados también varían en función de la estación del año: en invierno la energía puede hacer caer tanto el precio es la eólica y hace que el precio baje por la noche, mientras que en verano hay menos eólica y más fotovoltaica, y es la solar la que tiene impacto en el precio, por eso cae en las horas centrales. De hecho, las 13 horas a precio cero que se registraron el pasado enero se concentraron muy mayoritariamente durante la madrugada, mientras que desde abril sólo se han producido en las horas centrales del día, las de mayor radiación solar.

Desde el sector eléctrico se advierte de que las horas a precio cero son un problema (porque se produce un problema de canibalización y pueden desincentivar algunas inversiones en nuevas renovables si el mercado marca precios de derribo de manera frecuente) y también son una señal de alarma sobre algunas carencias del sistema (dado que si hubiese capacidad de almacenamiento suficiente -baterías- o mayor interconexión con el resto de Europa podría guardarse o evacuarse parte de la producción para momentos del día con menos generación y así evitar vaivenes bruscos de precio).