Luis Bárcenas está en la calle y si alguien pensó que era porque había hecho un pacto de silencio con el PP se equivocó. El extesorero ha salido de la cárcel con muchas ganas de hablar y ayer renovó sus acusaciones más graves contra Mariano Rajoy, esta vez frente a las cámaras de televisión. "Mariano Rajoy conocía la existencia de la contabilidad B desde el principio (...) Y el que se ha beneficiado de esta contabilidad es el partido. Alguien más tendrá responsabilidad", afirmó. Bárcenas habló de esta manera solo dos horas antes de que en Madrid empezara la convención nacional del PP, por lo que echó por tierra el que tenía ser el gran acto de propaganda antes de empezar el año electoral. Bárcenas estuvo en la mente de todos los participantes durante la jornada aunque casi nadie quiso mencionar su nombre ni responder a sus declaraciones. La estrategia fue mostrar indiferencia y optar por el silencio.

Rajoy llegó pocos minutos antes de las cuatro de la tarde al Palacio de Congresos de Ifema y no contestó las preguntas de la prensa. Tampoco después, cuando dio un paseo por los estands de asociaciones civiles y del Parlamento Europeo que están representados en la convención. ¿Qué tiene que decir ante la acusación de Bárcenas? "Lo que quiero comentar es lo magnífico que es este acto", contestó.

MALAS EXPECTATIVAS Ni siquiera se acogió al argumento dado por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda tras el Consejo de Ministros, cuando se resistió a contestar porque no quería comentar la "estrategia procesal" de un imputado cuyo "historial de acusaciones" es "conocido". Tampoco los presidentes autonómicos, que ven cómo la corrupción en sus filas amenaza sus expectativas electorales, quisieron seguir "el juego" al extesorero, en palabras de Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia. Solo la locuaz Celia Villalobos pidió a Bárcenas que deje de "echar mierda a los demás cuando la mierda la tiene él".

NASEIRO El extesorero habló ayer en varias ocasiones con los periodistas, en la acera de su casa y de la Audiencia Nacional, adonde acudió a cumplir con el trámite de ir al juzgado de Pablo Ruz. Según su versión, el jefe del Gobierno empezó a recibir los conocidos sobres de dinero en metálico desde que fue nombrado secretario de área de acción electoral en los 90. "Había una jerarquía y cuando se asume este puesto el tesorero nacional le hace entrega de la cantidad que estaba estipulada", apostilló. También señaló a Rosendo Naseiro, antiguo tesorero, como el padre de las cuentas opacas de las que luego se encargó Álvaro Lapuerta.

Al extesorero no parece que le han afectado los 19 meses que ha pasado en prisión. Mantiene su aspecto de dandi, pero se ha empeñado en no dejar títere con cabeza en su antiguo partido al que, dijo con sorna, que "medita" regresar porque ahora se encuentra en "situación de excedencia forzosa".

Bárcenas ironizó sobre las reacciones en los últimos días de algunos dirigentes conservadores a sus acusaciones. "Yo creo que lo que falta a algunas personas del PP no es una cuestión de piel sino que les afecta realmente al cerebro", dijo. Y le parece una broma que algunos de sus excompañeros hayan afirmado