TOROS

Crítica de la primera de la Feria del Pilar: Dos horas y media de un insufrible tostón

Valentín Hoyos, que sustituía a Ismael Martín, y Alejandro Peñaranda dieron las únicas vueltas al ruedo tras sendas peticiones de oreja

Ignacio Boné se ve obligado a escapar de la trayectoria del sexto novillo al que recibió a porta gayola.

Ignacio Boné se ve obligado a escapar de la trayectoria del sexto novillo al que recibió a porta gayola. / ANDREEA VORNICU

Carmelo Moya

Carmelo Moya

Y se levantó el telón de la feria del Pilar en su edición de 2023 con la primera de abono, una novillada con picadores en la que, para dar cumplimiento al contrato, debía defender el encaste Santa Coloma.

De camino a sus asientos, los clientes más irredentos, con la mosca detrás de la oreja, especulaban en torno a las posibles bajas en días venideros de toreros como Daniel Luque, que aportaban gran parte del interés toda vez que los principales (Roca, El Juli, Manzanares y demás) dijeran que nasti de principio, que no pisaban este ruedo y que Morante, puntal esencial con su deslumbrante doblete se cayera de un día para otro dejando dos huecos enormes que Alejandro Talavante ha reducido a la de tres.

Ocupará el lugar de Santonio el viernes 13 y el sábado 14 la cosa quedará en mano a mano con Ginés Marín. De momento y si no hay novedad en contrario.

Ayer, digo, a la entrada de la novillada ya se sabía que Luque no va a Madrid y que no estará en Zaragoza. El comunicado preventivo de su apoderado hace unos días, atufando a favor rogado o suplicado por la parte interesada ha sido admitido oficialmente, dando la razón a Rosario Pérez (ABC) quien el martes había adelantado lo que el sistema quería tapar, que el de Gerena cortaba temporada. Así que hoy, más de uno va de camino... a Parla.

Lo de Santa Coloma

Ese articulado que figuraba en el pliego de condiciones y que refrenda el contrato de adjudicación obliga a la lidia de una novillada de origen genético Santa Coloma.

Se entiende que, al ser claramente minoritario, el objetivo es la preservación de la procedencia y la relevancia y proyección que puede proporcionarle la lidia en un coso de primera categoría en una feria como la del Pilar.

Pero para algunos es como ponerse la soga al cuello, o sea hacerse la corbata colombiana, que diría un malhechor.

Porque no se puede venir a una feria como esta con una novillada tan desigual y por debajo del listón más generoso. Con dos novillos más en santacoloma sin cara ninguna y dos negros, agalgados, hasta destartalados y muy astifinos, tan alejados de su supuesto prototipo zootécnico que resulta mosqueante.

Si además, el lote no sale completo sino que hay que remendarlo con un ejemplar de otra ganadería (tercero, de Soto de la Fuente) ya la cosa comienza pintar chunga para la familia Quintas y su hierro La Machamona.

Alejandro Peñaranda

Alejandro Peñaranda, sorteó un cárdeno paupérrimo por delante, feble y chochón que le dejó estar. Perfilero y ventajista las más de las veces, la cosa careció de interés y de emoción. La magnífica estocada con la despachó al quinto novillo compensó una lidia desbaratada y caótica en la que el novillo, colocado de pitones y muy astifino, se venció repetidamente por el lado izquierdo poniendo a prueba a calvos y peludos.

Según avanzaba la lidia se le iban bajando los humos y al final quedó en nada mientras Peñaranda daba la vuelta al ruedo tras negarle el palco el trofeo.

Algo similar le había sucedido en el cuarto a Valentín Hoyos. La vuelta al ruedo compensó la negativa del palco a concederle el trofeo tras una labor larguísima, de andulearle al novillo por aquí y por allá, de sumar pases y eso pero culminada con una entera baja fulminante que aclaró las dudas del presidente si hasta entonces las tuvo. El bobo y endeble primero daba más lástima que miedo y Hoyos, compuestito y académico lo trajinó con dignidad antes de terminar con una entera baja.

En ese mar de intrascendencia que fue el antiespectáculo de dos horas y media largas también participó el oscense Ignacio Boné.

El calor del numeroso público partidario que arrastró arropó en todo momento al novillero, que apechugó con un horrendo remiendo de Soto de la Fuente, valdado (debió ser devuelto) y sin opciones y con un sexto igualmente desfondado, vacío por fuera y por dentro al que había recibido a porta gayola y ante el que el altoaragonés quedó inédito.