Emoción

Broche de oro para las Fiestas del Pilar con los fuegos, el 'Somos' y la Ronda de Boltaña

El fin de fiestas llegó a ritmo de folk, acompañado de Labordeta y con el cielo iluminado

Aunque cueste asimilarlo, todo lo bueno acaba. Tras nueve días de emoción, alegría y música, las Fiestas del Pilar han llegado a su fin, pero lo han hecho a lo grande. El Somos de José Antonio Labordeta ha resonado de nuevo y los fuegos artificiales han vuelto a iluminar el cielo zaragozano.

Antes del gran final, la música folk de la Ronda de Boltaña ha inundado la plaza del Pilar. Canciones como La tronada, Aquí y Bajo dos tricolores han sido entonadas por algún que otro valiente, mientras que los más tímidos han mostrado la emoción con movimientos de cabeza al ritmo de la música. Las palmadas y los saltos en las piezas animadas han acompañado a las banderas de Aragón y los cachirulos en lo alto en las canciones emotivas. Pero la verdadera emoción se ha vivido cuando el grupo ha recordado a Fernando Úrbez, hijo y hermano de dos miembros de La Ronda de Boltaña, acuchillado mortalmente hace apenas diez días en la localidad oscense.

Tras la ronda, ha comenzado la actuación que iba a ser la primera de las dos guindas del pastel de las Fiestas del Pilar de 2023. Aunque los zaragozanos han prederido no pensar en volver a la rutina, sí que han recordado que esta semana ha sido mágica. Gabriel Sopeña ha recogido el testigo en el escenario. Durante su actuación no ha dudado en recordar a Más Birras –con la mítica Apuesta por el rock and roll– y también a Joaquín Carbonell con su bonito Me gustaría darte el mar. Después de estos homenajes, ha llegado uno de los momentos más esperados.

VÍDEO | Así ha sonado el "Somos" en la Plaza del Pilar

MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Acompañado de Eva Lago y del mismísimo Labordeta (proyectado en la pantalla), Sopeña ha entonado el himno que anunciaba el fin de fiestas. Esta nueva versión del Somos ha agradado al público de una forma considerable. Para Reyes ha sido «una interpretación muy bonita y original». Antonio y Olga coinciden en que «lo importante es que se siga cantando, da igual quien lo haga». Por último, Cristina ha asegurado que «las mejores versiones son las que podemos cantar acompañando al cantante, es cuando más emoción se siente».

Explosión de colores

Con las emociones todavía a flor de piel, se han sucedido las carreras para encontrar un sitio disponible desde el que ver los fuegos artificiales, la segunda guinda del pastel.

Entre los más pequeños se han escuchado preguntas ansiosas de «mamá, ¿cuándo empiezan?», pero mucha no ha sido la espera, porque con el reloj dando las 22.00 ha sonado el primer estruendo y ha comenzado todo un despliegue de ruido y color. Esferas, espirales, hileras, un gran abanico de formas y colores han iluminado el cielo durante una noche despejada en el que la lluvia pronosticada ha respetado hasta el final.

A pocos se les han hecho largos los 20 minutos de fuegos artificiales. Pero el final ha venido anunciado con multitud de corazones rojos y flores que han brillado desde las alturas y se reflejaban en el río Ebro. La traca final, aplaudida y vitoreada al unísono, ha provocado entre todos los asistentes una sensación de euforia y nostalgia a partes iguales por unas Pilares que ya concluían. Y sí, todo lo bueno acaba, pero los zaragozanos no pierden la ilusión, porque lo que ya comienza es la cuenta atrás para las próximas Fiestas del Pilar.