Síguenos en redes sociales:

TRADICIÓN 3 SAN BLAS

La localidad vive una jornada de recuerdos por los quintos

Ataviados con bastón y sombrero, recorrieron las calles cantando coplas

La localidad vive una jornada de recuerdos por los quintos

El 11 de febrero tuvo lugar la fiesta de los Quintos en Aguarón, una de las tradiciones más antiguas y especiales. Abuelos, padres y hermanos mayores ya celebraron su fiesta de quintos haciendo partícipe a todo el pueblo, estrechando lazos y reforzando la identidad de Aguarón.

Los quintos, ataviados con su bastón, su sombrero y su pañuelo, recorrieron el pueblo celebrando San Blas cantando las coplas y con la petición monetaria correspondiente (a pesar de que no se haga el servicio militar) alargando el recuerdo de épocas pasadas.

El número de quintos se ha reforzado porque, gracias a la evolución de los tiempos (afortunadamente), se agregaron ya hace muchos años las mujeres y las parejas de cada quinto o quinta. También se ha visto fortalecido por personas en su día inmigrantes, hoy aguaroneros de los pies a la cabez,a y siguiendo las costumbres del lugar sintiéndolas como el que más.

Un día especial en el que Aguarón se llena de familiares, amigos, vecinos, cuyo deseo es arropar y acompañar a los quintos. Primero, acuden a misa para comenzar la celebración de San Blas que, aunque es el 3 de febrero, se cambia a un domingo que no coincida con exámenes. Después, para ir cogiendo fuerzas, disfrutan de un chocolate o café con churros en el casino, para luego salir a entonar la primera copla, emocionante, que es la presentación de los quintos: «Ya está la formalidad / Ya está la Ronda en la calle / Ya está la formalidad / Nadie se meta con ella que ella no se meterá. / Que ella no se meterá / Ya está la Ronda en la calle».

Después llegó la copla para pedir permiso al alcalde para salir a rondar y, a partir de ahí, en cada parada coplas que evocan los recuerdos del día que se quintó, haciendo que se esboce en la cara una sonrisa a la vez que aflora la nostalgia. También asoman la tristeza y la añoranza, las que se albergan en el corazón de cada uno al recordar a los que no están entre nosotros. También se recuerdan coplas pasadas mientras se hace el recorrido provocando otro nudo en la garganta: a la señora Carmen, a la discoteca, al empresario del baile, a los carpinteros…

Daniel, Irene, Carla, Miguel Ángel, Borja, Carlos, Omar, Ismael, Julia, Virginia, Irene y Flori, celebraron este día con alegría desbordante, cantando cada copla en su lugar correspondiente: ayuntamiento, establecimientos, casas de cada quinto o quinta, al alcalde, al párroco, al cantante, a la burra… Hasta que para finalizar llegan al pabellón donde cantan la última copla y la más emotiva: «Como la madre ninguna / Mujeres hay en el mundo / como la madre ninguna / que es la que nos trajo al mundo y es la única que perdona».

Después, todos los quintos junto con sus familiares y amigos comen en el pabellón, para disfrutar de la sobremesa y del baile. Un día para el recuerdo de todos: ¡Viva la quinta del 98! T

Pulsa para ver más contenido para ti