El Gobierno de España y su homólogo de Aragón han fijado el acuerdo alcanzado con Magna como el "suelo" de sus reivindicaciones de cara a la nueva negociación que se abrirá con General Motors (GM). El ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmó ayer que cualquier pacto que se logre con la matriz estadounidense sobre el futuro de la planta de Figueruelas no podrá ser peor al alcanzado con el frustrado comprador, porque "no vamos a volver a la casilla de salida".

"Ha sido una sorpresa que nadie esperaba" y "no entiendo cómo GM ha manejado esta crisis", señaló el ministro, quien habló ayer con el presidente de Magna. "Me ha agradecido", comentó, la actitud de España en esta negociación. También contactó con la dirección de GM.

El ministro hizo hincapié en que el acuerdo con Magna, que contemplaba 900 bajas en Figueruelas, es ahora "de mínimos". "A partir de ahí podemos seguir hablando, pero nunca por debajo de ese acuerdo", advirtió. Es más, dejó entrever que los planes de la corporación "probablemente" no serán iguales que los previstos por quienes iban a ser los nuevos dueños de Opel.

En la defensa del futuro de la planta zaragozana se hará, recalcó el ministro, de forma común con los sindicatos y el Gobierno de Aragón. En este sentido, Sebastián mantuvo ayer una reunión de urgencia de la comisión de seguimiento de la reestructuración de Opel, en la que participaron los consejeros de Economía, Alberto Larraz, y de Industria, Arturo Aliaga, representantes de UGT y CCOO en la comunidad y la secretaria general de Industria, Teresa Santero.

NO HA SIDO "EN BALDE" En términos similares se expresó Larraz tras participar en esa reunión. "Hemos puesto el contador a cero y después de la sorpresa inicial, hay que ponerse a trabajar", señaló a este diario. Para ello consideró prioritario que GM presente cuanto antes su nuevo plan de reajuste. En su opinión, Opel necesita un acuerdo "mucho más rápido" que el alcanzado con Magna para tener "un plan serio" a finales de año.

Al igual que Sebastián, consideró que las negociaciones llevadas a cabo hasta el momento no han sido "en balde", ya que han servido para "alcanzar un suelo" --el pacto con Magna-- que ahora servirá como "punto de partida" en el nuevo diálogo.

Por su parte, Aliaga señaló que se abre "una nueva etapa" y manifestó su deseo de conocer qué ha llevado al fabricante norteamericano a quedarse con su filial europea. Además, apostó por conseguir el "mínimo posible" de despidos en Figueruelas.