Esta vez, el órdago lanzado por la dirección de Nissan a los sindicatos de la fábrica de Barcelona no dio el resultado esperado. A diferencia de la anterior negociación finalizada con acuerdo, en esta ocasión la fábrica de Nissan de Barcelona ha perdido la oportunidad de aumentar la producción y la plantilla con una nueva inversión debido a la falta del pacto laboral que exigía la multinacional japonesa. Nissan había exigido una rebaja salarial del 25% para las nuevas contrataciones y la posibilidad de aumentar o reducir el calendario de producción en 25 días anuales.

La dirección culpó a los sindicatos de la pérdida de una inversión de 14 millones para producir 24.500 unidades más de un nuevo modelo de pick up ya asignado a Barcelona y consolidar 300 empleos.

"Nissan no entiende que los sindicatos no hayan aceptado la propuesta de competitividad con medidas que ya se aplican en otras fábricas en España tanto de Nissan como de la competencia", aseguró la empresa, que califica de "paso atrás" la pérdida del proyecto industrial.

El consejero director general de Nissan Motor Ibérica, Frank Torres, advirtió de que "cualquier oportunidad futura pasa por llegar a un acuerdo de mejora de la competitividad" y que, de no ser así, se corre "el riesgo de no conseguir nuevas oportunidades", lo que afectará al "futuro a medio plazo" de la factoría.

El comité acusó a la firma de chantajear a los trabajadores y aprovechar la crisis internacional para rebajar las condiciones laborales.