La delincuencia ha bajado en Aragón por segundo año consecutivo, según refleja la Memoria Anual de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia (TSJA), que dentro de unas semanas expondrá en las Cortes de Aragón el jefe del ministerio público en la comunidad, José María Rivera.

La cifra de delitos denunciados en las tres provincias aragonesas se situó el año pasado por debajo de los 23.000, lo que supone que la delincuencia vuelve a los niveles de los años anteriores a la crisis.

El descenso, no obstante, tiene matices: la caída roza el 12% en dos años en el llamado ámbito urbano --las capitales de provincia más Calatayud y Jaca-- mientras la reducción de apenas un 2% en el área rural indica que la actividad delictiva se mantiene en los pueblos y pequeñas ciudades aragonesas muy por encima de los niveles previos a la crisis.

En este aspecto, resulta determinante la evolución de los delitos contra el patrimonio, que centran la labor policial al suponer dos terceras partes --hurtos, robos y atracos, básicamente-- de la actividad delictiva que sufre Aragón. En el área urbana han experimentado una fuerte reducción al pasar en dos años de 9.993 infracciones denunciadas a 8.153, lo que sitúa la incidencia de este tipo de conductas en el nivel del 2007 (8.145 asuntos). Por el contrario, el fuerte retroceso del último ejercicio --casi del 10%-- en el ámbito rural resulta insuficiente para paliar el fuerte repunte del 2010, cuando creció más de un 13%.

VIOLENCIA Los datos sobre la evolución de la delincuencia revelan al mismo tiempo un aumento de los delitos de carácter violento. Así, el descenso generalizado de los delitos contra el patrimonio incluye en las zonas urbanas excepciones al alza como los tirones --pasaron de 90 a 113 el año pasado--, al tiempo que otras conductas criminales como las lesiones han pasado de 327 a 372 --más de una al día-- en dos años y los malos tratos en el ámbito familiar continúan su tendencia ascendente: 1.329 denuncias en el 2009, 1.414 al año siguiente y 1.705 el pasado ejercicio. Es decir, que más de treinta mujeres son víctimas de agresiones al cabo de la semana en las capitales de provincia aragonesas, Jaca y Calatayud.

Esa misma tabla refleja también retrocesos destacables como el de los ataques sexuales --caen de 223 a 198 en un año--, los robos en viviendas y locales --cayeron de 2.257 a 1.809, casi un 20%, en el último ejercicio-- y el desvalijamiento de vehículos --los 3.006 episodios del 2009 quedaron reducidos a 1.958 el año pasado--. Algunas suertes delictivas en desuso que regresaron con la crisis, como la sustracción de vehículos, se han desplomado al pasar de 623 a 395: un 36,6% menos en dos años.

Las faltas ofrecen un ligero repunte con respecto al año anterior al subir de 24.041 a 24.460. La suma con los delitos deja la tasa de criminalidad de Aragón en un bajo 35,19 infracciones por cada mil habitantes.