Cinco de las ocho hospederías aragonesas cerrarán sus puertas antes de que acabe el mes de enero, en una especie de cuenta atrás que casi dejará a cero la oferta turística del Gobierno de la comunidad. Uno tras otro, el castillo del Papa Luna (Illueca), el monasterio de Rueda (Sástago), el cenobio de San Juan de la Peña y los palacios de Allepuz y de La Iglesuela del Cid volverán a ser monumentos vacíos, inutilizados y costosos de mantener.

El cierre de estos establecimientos (al que el de Allepuz se adelantó dos años) es consecuencia del término del contrato de arriendo que mantenían las dos empresas que los explotaban: Touractive y el Grupo Arturo Cantoblanco. Y, al mismo tiempo, agrava la crisis que atraviesa el sector turístico de Aragón, que, como el resto de comunidades de interior, se ha visto muy afectado por la recesión económica.

Touractive y el Grupo Arturo Cantoblanco se presentaron al concurso público que se convocó la pasada primavera, con la intención de seguir regentando las hospederías, pero al final dieron marcha atrás. No aportaron la fianza que pedía la DGA, que en el caso de Touractive ascendía a 200.000 euros. "Las condiciones que estipulaba el contrato eran muy desventajosas para nosotros", señala David Simón, responsable de esta empresa hostelera con base en Madrid.

OTRA FORMA DE GESTIÓN En Turismo de Aragón, departamento del que dependen los establecimientos hosteleros, apuntan que se trata de un cierre temporal que se aprovechará para hacer pequeñas reformas y que, antes del verano, se celebrará otro concurso para designar a las empresas que gestionarán las hospederías. La idea es que los establecimientos se gestionen en adelante de forma individual (la última vez salieron a licitación en bloque), si bien la promoción y comercialización será conjunta.

Turismo de Aragón anunció en rueda de prensa, el pasado diciembre, el cierre de las hospederías. Una medida que dejará en la calle a 40 trabajadores (14 de ellos en el monasterio de Rueda), pues no existe un acuerdo sobre su futuro laboral.

"La nueva adjudicataria debería hacerse cargo del personal y de las reservas pendientes", manifiesta Justo Domingo, gerente de Touractive, que ha enviado un burofax a la DGA anunciando que, llegado el día del cierre, no se marcharán de las tres hospederías que regentan "en tanto no se cumplan las condiciones del contrato".

La clausura de las hospederías viene determinada por la crisis, pero también por el fuerte coste que el mantenimiento de esta red de alojamientos supone para la Administración, dado que se trata de una actividad muy subvencionada. Fuentes oficiales indicaron que las aportaciones económicas de la DGA resultan demasiado onerosas. "Las ayudas por una habitación que cuesta 60 euros en temporada baja pueden llegar a alcanzar los 300 euros", indicaron.

Sin embargo, los más afectados, los trabajadores, consideran que las hospederías son rentables y que, bien promocionadas, aún podrían serlo más. "A raíz del anuncio del cierre, hemos tenido que suspender bodas, comuniones y otras celebraciones porque somos un establecimiento que forma parte de la vida de la comarca de la Rivera Baja del Ebro y de las zonas limítrofes", subraya Javier Aguayo, director del establecimiento del monasterio de Rueda.

"Muchos fines de semana esto se llena", afirma Patricia, que trabaja en la hospedería de La Iglesuela del Cid. Y Javier García, director del alojamiento de San Juan de la Peña, sostiene que, en realidad, los hoteles de la DGA deberían tener más habitaciones porque, "muchas veces, no podemos dar habitación a los clientes porque no hay más espacio".

Aun así, gestionar una hospedería es difícil. "En Rueda tenemos gastos mensuales fijos de 10.000 euros y solo llenamos los fines de semana", lamenta Justo Domingo.