Las luces de Navidad que decoran la avenida de Aragón de Alcañiz han sido testigo de los desmadres de algunos durante las últimas semanas. Todavía siguen puestas, aunque ahora las bombillas no tienen tanta gente sobre la que lucir. Los vecinos de la zona lo reconocen: las calles se han vaciado desde el viernes, cuando la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, anunciaba que la ciudad quedaba confinada perimetralmente. Desde ese día, que fue 15 de enero, en la capital del Bajo Aragón se han notificado 156 contagios. En la última semana la cifra asciende hasta los 282.

Ramón se conoce bien las aceras de Alcañiz. Es vendedor de boletos de la ONCE y por las mañanas se pone a veces en la puerta del hospital. «Normalmente hay más gente, más movimiento. El confinamiento perimetral se nota. Está muy parada la cosa», explicaba el vendedor. En este centro hospitalario permanecen ingresadas 34 personas con covid (seis de ellas ingresaron el lunes). Ramón no es de Alcañiz y todos los días se desplaza para trabajar. «Entre semana no hay tantos controles porque mucha gente de los pueblos de alrededor viene aquí a trabajar, y si pararan a todos sería un caos», advertía ayer. La gente va con «miedo», comentaba. Cuando se acercan a comprarle un número se apartan y lo cogen a distancia.

A las puertas de los centros de salud no había mucho movimiento. Ni filas ni tumultos. «Lo están haciendo bien, hacen todo lo que pueden», aseguraba una alcañizana en los alrededores del edificio. Se refería a los sanitarios, que rehuían de hablar con los medios. El ambiente de tensa calma contrastaba con un cartel en el que se podía leer: «Todo va a ir bien». Se colgaría en primavera, cuando los aplausos a las 20.00 eran la norma. Ahora ya van tres olas más. Elisabet Minguillón esperaba al bus en frente del ambulatorio. «Tenía una cita, sino no vengo. En casita se está muy bien, solo salgo para comprar y para el médico», aseguraba la joven.

Ramón, a las puertas del hospital de Alcañiz, vende ahora menos números que antes. FOTO: ÁNGEL DE CASTRO

En las calles los comercios notan ya la falta de clientes. Ni viene gente de las localidades vecinas ni los locales tienen ganas de mucho. Las terrazas, a pesar de la buena temperatura, estaban ayer casi vacías. «Hay mucha gente confinada en sus casas por ser positivo o por ser contacto de positivos y se nota. Estamos muy tranquilos. Eso sí, vienen muchos a hacer la compra para los que están confinados. También teníamos muchos clientes de Torrecilla o de Valdealgorfa. Y ya no vienen», explicaba detrás del mostrador de una frutería Vanesa Guillén. El tema de conversación por excelencia estos días es el covid, decía.

«Sí, sí, no se habla de otra cosa -ratificaba una panadera en un comercio situado en la avenida Aragón-. Al salir este brote hay bastante miedo y se nota. No hay casi gente por la calle». La mujer, de nombre Maribel Cano, se mostraba harta de la situación. «Llega un punto ya que cansa. Nosotros somos comercio esencial y podemos estar abiertos, pero el ambiente está muy apagado», añadía.

Fiestas en Nochevieja

Pero ¿qué ha pasado en Alcañiz para alcanzar las cifras de contagios que padece? Muchos coinciden: «Todo el mundo lo sabe. En Nochevieja hubo muchas reuniones que no tendrían que haberse dado». Hubo alboroto en muchos pubs de la ciudad y los vecinos, a pie de calle, explican que muchos jóvenes se fueron de fiesta a los «masicos», que son fincas campestres que yacen en el entorno del municipio. «Este brote viene de la Navidad, está claro. Y yo no me pude juntar con mis padres porque estuvieron ingresados por covid», explicaba una vecina, Carmen José Ariño. Es profesora y contaba que ahora muchos padres no quieren llevar a sus hijos al colegio por miedo. Ella misma ha pasado ya el covid y su hijo, que reside en Zaragoza, ha dado positivo ahora «por tercera vez». «Hace un mes te hubiera dicho que todo iba a mejor, pero ya no. Siento mucha impotencia», añadía. Impotencia porque se podría haber evitado. La juerga, en tiempos de covid, pasa factura, advierten los más mayores de la localidad.

«Siento mucho miedo y preocupación. Pero esto era previsible», argumentaba Fernando Sánchez, que ayudado por su bastón paseaba con unos amigos por una plaza de España sin apenas gente. El problema, según contaba, es que «hay muchas leyes, pero no se hacen cumplir». Precisamente, para intentarlo, una patrulla de la Policía Local de Alcañiz vigilaba una de las entradas a la población. Pedían los certificados que demostraran que la entrada en la ciudad estaba justificada. Desde el lunes, ya han propuesto a «varios» ciudadanos para sanción. Si bien, apenas hay efectivos en el cuerpo municipal para poder establecer controles a todas horas.

Los controles y el cierre de Alcañiz se han notado incluso en las farmacias, en los que uno encuentra una de las pocas notas positivas de la pandemia de coronavirus: «Este año se ha habido menos infecciones en los niños y menos resfriados, sí», admitía María Clavera, que regenta una farmacia en una de las avenidas principales. Los ancianos se han vacunado en masa contra la gripe y las mascarillas y su acción preventiva han sustituido a los antigripales y al Frenadol. Pero Clavera explicaba que también han tenido que lidiar con la irresponsabilidad: «Al inicio de la pandemia pasaba más, pero aún ocurre. Viene gente a la farmacia con sintomatología covid y que te piden un jarabe para la tos porque no quieren ir al médico y que los confinen».

«Casi todo el mundo lo hace bien, de todas formas», aclaraba Clavera después. Ahora, a su farmacia acuden sobre todo los enfermos crónicos que necesitan sus medicinas, pero otros evitan desplazamientos. «Hay miedo. Son diez meses ya de preocupación constante y eso que ahora tenemos más miedos, que al principio de la pandemia no teníamos ni mascarillas y nos venía la gente con fiebre a la farmacia», mencionaba esta farmacéutica. Ahora sí que hay mascarillas. Cordura y responsabilidad, en según quien, no tanta.

1.410,9 contagios por cada 100.000 habitantes

El municipio de Alcañiz registra una incidencia acumulada a siete días de 1.410,9 casos por cada 100.000 habitantes, según los datos del Portal de Transparencia de la DGA. No ha parado de crecer en las últimas semanas y la localidad concentra también la mayoría de los contagios producidos en su sector sanitario, que aglutina a más pueblos de la zona. En él la incidencia a siete días es de 1.514,8 casos por cada 100.000 habitantes. En este sentido, el sector de Alcañiz es el que registra los mayores datos acumulados de la comunidad seguido de los 1.154 de Híjar. La transmisión comunitaria en esta zona del Bajo Aragón y del Bajo Aragón histórico es palpable también en los casos diarios, ya que la zona de Alcañiz lleva varios días siendo una de las que más contagios detecta.