E l otoño entró esta pasada madrugada con lluvia y temperaturas suaves como tarjeta de presentación de un periodo que se prevé con valores térmicos por encima de la media, después de un verano agitado en el que el frío de julio compensó los calores de junio.

La Agencia Estatal de Meteorología pronostica que durante los meses de octubre, noviembre y diciembre el nordesde de la Península puede registrar temperaturas ligeramente por encima de la media histórica 1981-2010, nuevo periodo de referencia que incluye varios de los años más cálidos de la historia y más caluroso que el anterior (1971-2000). Esta previsión se enmarca en un anunciado aumento de las temperaturas en todo el planeta.

El verano ha seguido esa tendencia, con un aumento de la temperatura media de 1,41 grados en la provincia de Teruel, 0,9 grados en Zaragoza y 0,8 grados en Huesca respecto al periodo 1971-2000. Ese aumento también se ha observado en la primera quincena de septiembre, con temperaturas máximas y mínimas por encima de la media en las tres provincias. Muy diferente resultó julio en Aragón, un mes calificado por la Aemet como frío, con -1,2 grados por debajo de la media.

En cuanto a las precipitaciones, Aragón se movió en registros normales en junio (82% de los datos históricos) y agosto (95%), mientras que en julio las lluvias se dispararon hasta alcanzar un 151%. Ese manto de agua contrasta con la sequía que se ha vivido en varias comarcas como Jiloca y Campo de Daroca y en buena parte de la provincia de Teruel, que se ha quedado 60 litros por debajo de la media de referencia (109). Huesca también vio menos agua y solo alcanzó el 77% de las lluvias acostumbradas. En Zaragoza, en cambio, cuatro días de tormenta bastaron para quedar 4 litros por encima de la media. El año agrícola finaliza en Aragón con un balance de contrastes. Mientras en el Pirineo ha sido húmedo o muy húmedo en algunos puntos, en Teruel ha sido entre muy seco y extremadamente seco.

Al contrario de lo que se esperaba, la acostumbrada acumulación de tormentas en el sur de la región no ha ayudado este verano a paliar la sequía vivida. "Los fenómenos tormentosos han traído viento, granizo y aparato eléctrico, pero no lluvia como pensábamos", explicó ayer el delegado territorial en Aragón de la Aemet Rafael Requena. Precisamente la provincia de Teruel, habitual líder nacional en la caída de rayos durante el verano (32.316 de media entre 2004 y 2013) se ha quedado esta vez en 23.134 y ha sido desbancada por Lérida (30.686) y Huesca (23.392).