Lalo Arantegui, director deportivo del Real Zaragoza, lanzó ayer un mensaje diáfano al confirmar oficialmente a Lucas Alcaraz como nuevo entrenador del equipo aragonés. «La idea del Real Zaragoza está por encima de cualquier profesional y así lo vamos a mantener». Esa frase sintetiza el manual que recoge las directrices del actual proyecto deportivo de la entidad y con el que la dirección deportiva confía en lograr el ansiado ascenso. Se refería a Lalo al estilo, a la filosofía, al patrón de juego implantado en el club desde su llegada y sobre el que ha confeccionado tanto la plantilla de la pasada temporada como la actual. «La plantilla está confeccionada para jugar de una manera», advirtió Lalo en un claro recado al técnico saliente, Imanol Idiakez, y en lo que parece un aviso a navegantes de cara al futuro.

Hacía referencia el director deportivo al 4-4-2 en rombo, el dibujo sagrado y la base sobre la que se asienta toda la filosofía deportiva del club. Porque ese sistema de juego se impone desde arriba a todos los equipos de la Ciudad Deportiva, empezando por el primer equipo, continuando por el filial y pasando por el resto de conjuntos de categorías inferiores. Todos tienen orden de jugar en rombo. Y si las lesiones u otras circunstancias de fuerza mayor no lo permiten, está permitido adoptar un 4-3-3. Pero ahí se acaba la flexibilidad. El Zaragoza, por filosofía de club, debe jugar en rombo. «El proyecto es el mismo y el estilo, también. No varían ni los ánimos ni los objetivos marcados y esperamos que esto sea solo un punto y aparte», recalcó Lalo.

Y a este manual de estilo se adaptará Alcaraz, que firma por lo que resta de temporada y una más en caso de que el equipo ascienda o dispute la promoción. El dibujo no es extraño para el granadino, que ha dirigido más de 700 partidos a lo largo de su extensa y dilatada trayectoria en los banquillos. El rombo también forma parte del catálogo de recursos utilizados por Alcaraz, que llega al Zaragoza «súper motivado para sacar la situación adelante», afirmó el director deportivo. «Le he dicho a los jugadores que sean conscientes de que el cuerpo técnico llega con las pilas bien cargadas y que se mentalicen de que el estilo va a ser el mismo, mejorando los muchos puntos que hay que mejorar. El técnico viene con las ideas muy claras y una motivación y unas ganas increíbles».

Para Lalo, las distancias respecto a los primeros clasificados «no son grandes» y el equipo «tiene mucho margen» para revertir la actual situación. «Tenemos tiempo», aseveró después de asegurar que el relevo en el banquillo era obligado. «La decisión de prescindir de Idiakez se basa, sobre todo, en una dinámica de puntos imposible de sostener, con solo tres puntos sumados de 18 posibles». Admitió que las numerosas lesiones de jugadores clave han lastrado al equipo, pero «el Zaragoza ha podido dar más en muchas facetas del juego en varios partidos» y recordó que «más de tres cuartos de la plantilla es la misma del año pasado».

Por eso, el club no ha tenido ahora tanta paciencia como la tuvo la pasada campaña con Natxo González. «Había motivos suficientes para tomar esta decisión. El año pasado no hubo una racha tan negativa y, aunque es verdad que en varias fases no logramos sumar de tres en tres, la línea del equipo estaba muy marcada», indicó el director deportivo, que no dejó claro si se arrepiente de haber puesto un proyecto de tanta enjundia en manos de un entrenador sin experiencia en la categoría. «Cuando uno toma una decisión tan importante para el club lo hace muy convencido de que es lo mejor y el más adecuado. No tenía duda, pero han pasado muchos meses y ahora es fácil cambiar de opinión».