Javi Ros fue tajante este domingo antes de empezar el entrenamiento en la Ciudad Deportiva del Zaragoza al analizar la suspensión por la lluvia caída en Anduva del encuentro de ayer sábado en Miranda de Ebro. “El campo no reunía la condiciones para jugar”, aseveró, para añadir: “Por encima del espectáculo están la integridad física y la seguridad de los jugadores y si el árbitro cree que hay riesgo de lesiones no hay nada más que decir”.

Tanto el presidente del Mirandés, Alfredo de Miguel, como el entrenador, Andoni Iraola, dejaron claro al acabar el encuentro que fue el Zaragoza el que había llevado la iniciativa para la suspensión del partido, algo que no ha gustado en el club aragonés. “El Mirandés puede decir lo que quiera. Es el árbitro quien toma la decisión, el que ve que el campo no está para jugar y que nuestra integridad corre peligro y, a partir de ahí, los delegados de los dos equipos se reúnen y llegan al acuerdo de que lo mejor es hacer caso de lo que el colegiado comenta”, afirmó Ros.

El Zaragoza, por estas afirmaciones de los representantes del club burgalés y por el enfado que se vio en un grupo de aficionados a la salida del autobús del equipo zaragocista, comunicó el sábado por la noche en su web que la decisión de suspender el partido “correspondía absolutamente al colegiado Sagués Oscoz y en ningún caso el Zaragoza se había posicionado en relación a la disputa o no del encuentro”. Además, se adjuntó el acta arbitral en ese comunicado. De hecho, desde la entidad zaragocista también se asegura que fue el propio Iraola uno de los primeros en dejar claro que no se podía jugar en Anduva.

"Fue un día extraño y además por tercera vez se nos tuvo que aplazar un partido en esta temporada, pero es una situación imprevisible. Cuando llegamos el árbitro ya había mirado el campo, se esperó según lo estipulado y en la segunda revisión dijo que estaba impracticable. Lo habíamos preparado bien y estábamos centrados en que se iba a jugar, aunque ya nos había llegado la información de que el partido se podía suspender. Así fue y solo quedó acatar lo que el árbitro dijo”, explicó el segundo capitán zaragocista, tras Alberto Zapater, sobre lo vivido en las horas previas.

En cuanto al enfado de ese sector de zaragocistas, teniendo en cuenta que a Anduva viajaron más de 1.100 aficionados del conjunto blanquillo, Ros se mostró conciliador: “Para los aficionados y para los familiares que viajaron es una faena. Entiendo que la afición estuviera enfadada, que se vaya a casa triste, pero es que era algo inevitable. Por nuestra parte sentimos que hayan viajado y no pudieran ver el partido, pero nosotros no pudimos hacer nada más. Seguro que el martes también estarán a nuestro lado, porque siempre sentimos su apoyo y son nuestra fuerza”, aseguró el centrocampista, que valoró muy positivamente el gesto de la entidad de regalar una invitación para uno de los próximos 5 partidos en casa para los aficionados que viajaron a Anduva: “Me parece muy bien, qué menos que valorar el esfuerzo de nuestra afición”.

El Zaragoza, que iba a acumular cuatro partidos en 11 días, se encontró con la suspensión y con más tiempo para preparar el duelo ante el Mallorca en Copa del martes: “Ahora hay muchos partidos, lo que pasó en Miranda ya está ahí, ojalá hubiéramos podido jugar, pero en este momento ya nos toca afrontar el partido ante el Mallorca. Es un encuentro bonito, con un equipo de Primera en La Romareda y en una competición que nos ilusiona y en la que tenemos muchas ganas”.