Estaba cantado. Miguel Montes Torrecilla, como ya avanzó este diario, seguirá siendo el director deportivo del Real Zaragoza, al menos, una temporada más. El club aragonés hizo oficial este miércoles lo que era un secreto a voces: la renovación del salmantino, que acababa contrato el próximo día 30, hasta junio de 2023, por lo que, en principio y si no hay una rescisión o prórroga, permanecerá en el cargo durante dos temporadas y media.

Torrecilla, de 52 años, sigue en el Real Zaragoza porque así lo ha querido la nueva propiedad. A Raúl Sanllehí, director general y máximo responsable de la parcela deportiva, le gusta la forma de trabajar del salmantino y la buena relación que mantiene con diversos sectores del fútbol. Además, Torrecilla ejerce de nexo de unión entre la propiedad saliente y la recién llegada, un rol que comparte con Luis Carlos Cuartero, todavía en el club, o Juan Forcén, el único consejero que repite. 

Desde hace tiempo, el director deportivo lleva trabajando en la confección de la futura plantilla. Lo hace por encargo de Sanllehí, junto al que se ha sentado en el palco de La Romareda para presenciar los últimos partidos del equipo aragonés en casa la temporada pasada. De hecho, la negociación para la renovación de los canteranos las están llevando a cabo ambos. Tanto la ya culminada de Francho como las que están por venir de Francés y Azón.

Su trayectoria

Torrecilla se incorporó a la disciplina del Real Zaragoza en diciembre de 2020. «Bajo su dirección, y tras la incorporación de Juan Ignacio Martínez en el banquillo y los refuerzos del mercado invernal, el Real Zaragoza experimentó una muy notable recuperación deportiva que le permitió mantener por entonces la categoría», expuso el club en el comunicado a través del que anunció la renovación. «Torrecilla tiene una dilatada trayectoria, que ha consolidado su prestigio al frente de la dirección deportiva. Tras sus inicios en Novelda, Cartagena o Salamanca, tomó los mandos del Celta de Vigo, donde progresó desde Segunda a jugar competición europea. Tras ello dirigió las parcelas deportivas de Betis y Sporting de Gijón para, justo antes de enrolarse en las filas del Real Zaragoza, ejercer como mánager del Waasland-Beveren en la Liga belga», añadió la entidad.

Su primera tarea cuando llegó a La Romareda fue el fichaje de JIM, clave en la salvación. En enero llegaron al Zaragoza Álex Alegría, Sanabria y Peybernes. El delantero fue, sin duda, el gran fiasco del salmantino. 

Una vez lograda la salvación, Torrecilla afrontaba la gran prueba de fuego con la confección de una plantilla que, según el salmantino, estaba capacitada para estar «en la pomada» del playoff, según aseveró antes del comienzo de una temporada en la que el Zaragoza nunca se acercó a esas posiciones. El mensaje, repetido en enero, fue secundado por JIM, que admitió a la conclusión del campeonato que no se había logrado el objetivo. Llegaron ocho futbolistas (Fran Gámez, Lluís López, Petrovic, Vada, Borja Sainz, Nano Mesa, Álvaro Giménez y César Yanis) y tres más (Jaume Grau, Eugeni Valderrama y Sabin Merino) en enero. Antes, en octubre, Torrecilla había logrado, al fin, reforzar la secretaría técnica del club. Un deseo que perseguía desde su llegada y que cumplió con la llegada de su hermano Juan Antonio y Javi López.

Ahora, Torrecilla, ya sin JIM a su lado y con Juan Carlos Carcedo en el banquillo, tiene por delante una ingente tarea, si bien no habrá más de media docena de fichajes para una primera plantilla en la que sobran numerosos efectivos. Además, los rectores de la Ciudad Deportiva acaban contrato y su renovación sigue sin hacerse oficial, lo que mantiene paralizada la actividad en una cantera señalada por la nueva propiedad como la razón de ser del club y el gran pilar sobre el que debe sostenerse un Real Zaragoza nuevo en muchos aspectos y no tanto en otros.