Real Zaragoza

El Real Zaragoza despide a Escribá y hace oficial la llegada de Julio Velázquez

Velázquez, que llega este lunes a Zaragoza, firma hasta el 30 de junio con opción a un año más en caso de ascenso

La presión popular echó atrás el acuerdo por dos años que alcanzó Cordero con el técnico salmantino en el Tenerife en 2020

Julio Velázquez, ya en Zaragoza este lunes

Julio Velázquez, ya en Zaragoza este lunes / Real Zaragoza

Santiago Valero

Fran Escribá ya no es, oficialmente, el entrenador del Real Zaragoza, que anunció este lunes su destitución. El sustituto del valenciano, como ya avanzó este diario, es Julio Velázquez, cuyo nombramiento se hizo oficial a media tarde. Velázquez firma hasta el 30 de junio con opción a un año más en caso de ascenso a Primera División.

«El Real Zaragoza y Fran Escribá finalizan su relación contractual. El técnico valenciano deja de ser entrenador del conjunto zaragocista después de haber dirigido un total del 45 partidos oficiales», anunció la entidad. «Escribá decidió apostar por nuestro club en un momento de dificultad y aportó un trabajo intachable y una dedicación total durante esta etapa. Desde el Real Zaragoza queremos agradecer la implicación de Fran Escribá y su cuerpo técnico, David Generelo y Julen Masach, con nuestro club y les deseamos toda la suerte en sus futuros retos profesionales y personales», añadió el club en el comunicado.

Escribá, arribado hace poco más de un año, ha dirigido 43 partidos de Liga al Zaragoza, además de los dos naufragios coperos consecutivos ante rivales de Segunda RFEF y Tercera RFEF.

Velázquez se encontraba sin equipo después de una gran temporada en la Eredivisie con el Fortuna Sittard, al que salvó de un descenso que parecía inevitable cuando llegó en la sexta jornada para asumir el mando de un equipo que había perdido las cinco primeras jornadas. Era el segundo milagro casi consecutivo del técnico, que venía de salvar al Marítimo portugués en 2021 a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato después de llegar al cargo con el conjunto luso hundido en la última plaza de la clasificación.

Entre ambas experiencias, Velázquez, un técnico con flexibilidad táctica y sin un sistema de cabecera y amante de la presión alta y de la estrategia, había rozado la permanencia con el Alavés, al que estuvo a punto de salvar del descenso en la 21-22 tras asumir el difícil reto a falta de ocho jornadas para la conclusión del curso. Pero las tres victorias logradas no fueron suficientes para esquivar la caída a Segunda de la escuadra vasca.

La carrera profesional del salmantino (aunque ha residido toda la vida en Valladolid), que también ha pasado por los banquillos de Villarreal, Betis, Udinese, Os Belenenses y Setúbal, comenzó en el Poli Ejido cuando apenas tenía 30 años y el cuadro andaluz competía en la Segunda B. De ahí pasó, en 2011, al Villarreal, donde dirigió al filial en 2011 tras la ascensión de José Francisco Molina al primer equipo. Con Velázquez, el Villarreal B pasó de ocupar puestos de descenso a la zona tranquila tras completar una gran segunda vuelta, lo que propició que, a la siguiente temporada, fuera nombrado entrenador del primer equipo, del que fue destituido al final de la primera vuelta a pesar de que el equipo estaba en puestos de un playoff de ascenso que también alcanzaría después con el Murcia. En el Betis, en Segunda, fue despedido en noviembre con el equipo andaluz situado en puestos de promoción.

En 2015, Velázquez se marchó a Portugal para entrenar a Os Belenenses, que recurrió al español para corregir la errática marcha de un equipo que deambulaba a tres puntos del descenso y al que salvó con holgura para, de mutuo acuerdo, rescindir el contrato cuando apenas se habían disputado nueve jornadas de la siguiente campaña y el equipo marchaba séptimo.

La razón de la salida de Velázquez era una oferta del Alcorcón, penúltimo clasificado entonces en la Segunda española. El técnico salvó al cuadro alfarero esa campaña y la siguiente y alcanzó los cuartos de final de la Copa. 

En la 18-19, el entrenador zaragocista emprendió una aventura en Italia que duró poco ya que fue destituido tras 12 jornadas en la Serie A con un Udinese al que dejó fuera del descenso. Mejor le fueron las cosas después en el Vitoria Setúbal, al que consiguió reanimar tras un inicio nefasto. 

Así que el salmantino, que estaba deseando volver a entrenar en España, es un experto en revivir equipos muertos, como un Zaragoza actual que se encomienda a Velázquez (una vez que Machín declinó la propuesta) para frenar con la caída en barrena de un equipo que solo ha ganado uno de los últimos doce partidos y que ha caído eliminado de la Copa del Rey a manos de un rival de Tercera RFEF. 

Gran relación con Cordero

Al técnico le une una estrecha relación con Cordero que ya estuvo a punto de llevarle al Tenerife en la 20-21. De hecho, él fue el elegido por el director deportivo para hacerse cargo del conjunto canario cuando Rubén Baraja decidió no continuar tras haber firmado una buena recta final de la convulsa campaña 19-20. Cordero, que había llegado al club en febrero de 2020 (apenas unos meses después que Baraja) ofreció la renovación al que años después sería entrenador del Real Zaragoza, pero la respuesta negativa de Baraja llevó al cartagenero hacia Velázquez.

Sin embargo, cuando el acuerdo por dos años con Velázquez estaba cerrado, la directiva del Tenerife echó atrás la operación. La razón esgrimida por el entonces presidente Miguel Concepción y el gerente Juan Amador residía en el rechazo popular detectado a través de las redes sociales. Cordero, recién llegado a la isla, no quiso tensar más la cuerda y accedió a un cambio de planes que acabó con Velázquez fuera del Tenerife y con Fran Fernández asumiendo un cargo en el que apenas duró dos meses. 

Aquella experiencia marcó a Cordero, que mantuvo la espina clavada durante un tiempo y que se propuso no volver a ceder en la elección de un entrenador. Ahora, en su primera decisión de este tipo como director deportivo del Real Zaragoza (cuando llegó al cargo Escribá ya estaba en el banquillo tras haber sido fichado por Sanllehí), Cordero apuesta por un técnico visceral y de gran temperamento.

La llegada de Velázquez se produce después de que Pablo Machín declinase la propuesta zaragocista para esperar una oferta de Primera División o del extranjero. La negativa del soriano abocó a Cordero a buscar alternativa, si bien Velázquez y Machín siempre fueron las dos opciones principales del máximo responsable de la parcela deportiva del club aragonés, que ha recibido, por otra parte, infinidad de ofrecimientos de entrenadores.

El salmantino es el decimoséptimo entrenador desde que el Zaragoza descendió en 2013.