La Fiscalía de Seguridad Vial ha dado orden a las policías de Tráfico para que, desde ayer, en los controles de drogas, además de realizar la prueba de saliva, rellenen un exhaustivo «acta de signos» sobre el comportamiento del conductor, el estado de su pupila, sus reacciones y respuestas a una serie de pruebas, con el fin de determinar si ha consumido sustancias estupefacientes y remitir al juzgado aquellos casos en los que haya habido un accidente, conducción irregular o infracción, o cuando concurran una serie de signos externos que evidencien que se ha visto afectada la conducción.

Asimismo, en su oficio, el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, pide a los agentes que, «atendiendo a los criterios de proporcionalidad y necesidad», graben imágenes del sujeto que puedan servir para constatar ante el juez que efectivamente sus condiciones normales estaban alteradas.

Con estas medidas, pretende reforzar la escasa respuesta penal a esta conducta, ya que el año pasado solo el 0,5% de los positivos detectados en los controles de drogas, es decir 251 de 49.890, se derivaron al juzgado. El resto se quedaron en una sanción administrativa, que asciende a 1.000 euros y la pérdida de seis puntos del carnet. Esto se traduce en que de las 56.173 condenas por alcohol o drogas, menos de 200 fueron por el segundo motivo.