Zaragoza crea un plan de adaptación al cambio climático

Zaragoza cuenta ya con un Plan de Adaptación al Cambio Climático que pretende dar respuesta con medidas hasta 2023 a algunas de las principales amenazas a las que se enfrenta la ciudad, como el calor extremo, las crecidas de los ríos, los periodos de sequía o la mayor posibilidad de incendios.

El documento estratégico, elaborado en colaboración con el centro tecnológico CIRCE, busca que la capital aragonesa esté mejor preparada frente a las consecuencias del cambio climático y reducir así su impacto en la salud de la población, la economía y el medioambiente.

Como ha indicado la concejala de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, en su visita este jueves a las instalaciones de CIRCE, el objetivo final de este plan, que pone “la tecnología y la innovación al servicio de las personas”, es “que los zaragozanos tengan mejor calidad de vida”.

La edil ha citado algunas de las actuaciones que ya se han puesto en marcha para mitigar los efectos de las olas de calor en la población, como el aumento del arbolado en las calles, con la reposición de más de 7.000 alcorques vacíos, o la introducción de criterios de sostenibilidad y de mitigación de calor en las reformas integrales.

Medidas

Las 47 medidas que contempla el documento, que ha contado con más de doscientas aportaciones ciudadanas, se van a desarrollar en dos fases: del 2023 a 2026 y del segundo de 2027 a 2030, donde se sitúa el horizonte.

Consta de nueve ámbitos de acción: salud, agua, infraestructura verde y biodiversidad, planificación urbana y energía, movilidad, agricultura y alimentación, industria, turismo y otros sectores, educación, investigación e innovación.

Como ha informado el consistorio, ya se está avanzando en la implantación de actuaciones como la incorporación de arbolado y otros elementos vegetales en las reformas de calles y plazas que den sombra y ayuden a reducir el efecto “isla de calor”, la ampliación de fuentes o la renaturalización de ríos y riberas.

Otra de las líneas de actuación será el agua y los recursos hídricos, con el desarrollo del plan de digitalización del ciclo urbano del agua, que permitirá una gestión más eficiente, evitando pérdidas.

Confort térmico

El impulso del confort térmico en centros de mayores, colegios o centros deportivos; los sistemas de alerta e información sobre temperaturas extremas entre los colectivos más vulnerables o la actualización de los planes de prevención de riesgos laborales son otras de las acciones contempladas.

Como paso previo al plan se elaboró un estudio de riesgos y vulnerabilidades, que detectó fenómenos como el calor extremo, con olas de calor cada vez más prolongadas, un aumento de 1 grado de la temperatura hasta 2030 y temperaturas mínimas cada vez más elevadas.

Otras amenazas son la mayor posibilidad de incendios y las crecidas de los ríos, con la inundación de determinadas zonas de la ciudad, cortes de tráfico y del suministro eléctrico, caída de árboles o desprendimientos de tierras, así como los periodos más frecuentes de sequía.

Preguntada por si se van a tener que tomar medidas en la ciudad ante la falta de precipitaciones, la concejala de Infraestructuras, Vivienda y Medio Ambiente, Patricia Cavero, ha recordado que el próximo martes asistirán a la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Ebro, si bien en la última cita, el pasado mes de noviembre, la CHE no presentó una “situación complicada” para el abastecimiento de agua de boca y suministro de la ciudad.

Cavero ha señalado que “hay que tomar cartas en el asunto” ante la sequía tanto desde su institución como desde la ciudadanía, con la que también van a trabajar en la concienciación sobre un uso más responsable del agua.

Por su parte, el director general de CIRCE, Andrés Llombart, ha subrayado la colaboración de su entidad con el consistorio, una alianza con la que van “un paso más allá en cuestiones innovadoras”.