La calle de Zaragoza donde tu coche no para de saltar

La calle San Juan Bautista de la Salle comienza en Gómez Laguna y termina en la antigua carretera de Madrid

Calle de San Juan Bautista de la Salle en Zaragoza

Calle de San Juan Bautista de la Salle en Zaragoza / GOOGLE MAPS

Zaragoza esconde muchas curiosidades desconocidas para la gran mayoría de la ciudadanía que vive inmersa en la rutina de su día a día. Las prisas de la rutina impiden ver algunos detalles que están presentes en las calles de la ciudad y pasan completamente desapercibidos.

Cuando pasas todos los días por un mismo lugar, si algo cambia mínimamente quizás no te das cuenta porque tu memoria ya ha normalizado que siempre está ahí de la misma manera. Esta situación también se vive al volante de tu vehículo. Los conductores frenan y aceleran inconscientemente porque conocen la localización precisa de los radares o la zona donde hay menos tráfico. Los más expertos también conocen los baches y agujeros que hay en la calzada por lo que saben cómo evitarlos y así evitar dañar de forma involuntaria los neumáticos.

Sin embargo, en ocasiones es casi imposible evitar que tu vehículo pase por una calle dando saltos cada pocos segundos. Aunque el asfaltado se encuentre en buenas condiciones, hay otros elementos del mobiliario urbano como las alcantarillas que también provocan este incómodo y leve bache durante la conducción.

La calle San Juan Bautista de la Salle separa de sur a norte los barrios de Montecanal y Rosales de Canal con el Bosque de los Zaragozanos, Valdefierro y el Camping de Zaragoza. Se trata de una vía que comienza junto a la cooperativa de los taxis en Gómez Laguna y se prolonga hasta la avenida Manuel Rodríguez Ayuso lo que se conoce como la antigua carretera de Madrid.

Muchos conductores utilizan a diario esta calle para acuidir a su domicilio en los citados barrios o también para desplazarse desde La Romareda y Delicias hasta Plaza para trabajar. Durante los más de 2 kilómetros de extensión de la calle San Juan Bautista de la Salle, los vehículos pasan por encima de un total de 108 alcantarillas (contando el trayecto de ida y vuelta y las rotondas). Por lo tanto, el abundante número de objetos en la calzada de la red de saneamiento de la ciudad provoca que los coches no dejen de dar saltos durante su paso por la zona.