Un pequeño derrame desde el interior del barranco de Bailín, en la provincia de Huesca, al cauce del río Gállego provocó la voz de alerta dada ayer por los alcaldes de las ocho localidades que se abastecen directamente de sus aguas.

Así lo ha asegurado hoy a los medios de comunicación el consejero de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno aragonés, Modesto Lobón, quien ha señalado que estos municipios siguen disponiendo de agua corriente en sus grifos procedente de sus respectivos depósitos de almacenamiento.

Ha explicado que el derrame se produjo la tarde de ayer en una arqueta que quedó obstruida por una señal de tráfico desprendida por las tormentas o el viento y que propició un derrame hacia el barranco y posteriormente al cauce del río.

Tras el incidente, el sistema de control ubicado quinientos metros aguas abajo del punto de desagüe del barranco en el río detectó un nivel de lindano de 53 ppb, tres puntos por encima de lo permitido, por lo que se activó el protocolo de prevención.

Lobón ha explicado que de forma inmediata se pidió a los alcaldes que paralizaran la captación de agua del río como medida de precaución.

A pesar de que una hora después del derrame, el sistema de control volvía a registrar unos niveles por debajo de los 50 ppb autorizados, el Gobierno aragonés decidía mantener el protocolo de prevención a la espera de localizar la punta de contaminación detectada.

Según ha explicado el consejero, las medidas de prevención se decidieron mantener a la espera de averiguar si la referida punta contaminante se ha diluido o de conocer su localización exacta en el cauce del río.

El responsable político se ha mostrado confiado en que en "uno o dos días" se pueda determinar "algo" sobre esa punta de contaminación detectada.

Ha insistido en que estas medidas se mantienen como medida preventiva y en virtud del "cumplimiento estricto" del protocolo establecido.