La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) espera que el Ebro alcance mañana miércoles el punto máximo de una crecida ordinaria, con caudales de entre 1.200 y 1.400 metros cúbicos por segundo en Zaragoza. Los embalses de la cuenca ya están soltando agua para tratar de minimizar los efectos negativos de la riada.

Los pueblos de la Ribera Alta del Ebro reciben la nueva avenida "con cautela", justo un año después de las inundaciones que causaron cuantiosos daños materiales. El alcalde de Novillas, José Ayesa, espera que las protecciones construidas por la CHE sirvan para contener las aguas, que ya han comenzado a inundar algunos campos. "Las previsiones indican que no será demasiado destructiva", indica. La alcaldesa de Gallur, Yolanda Salvatierra, también espera que la avenida no cause de nuevo los destrozos de la anterior. "Acabamos de reparar los daños", reconoce.