PACTOS EN LAS INSTITUCIONES

Azcón quiere rebajar la crisis con Vox en las Cortes y hablará sobre Nolasco

Orduna admite que su pacto con la ultraderecha está «roto» en Huesca, Chueca refrenda un acuerdo más allá de los presupuestos y el presidente dice que hubo, hay y habrá diferencias entre ambos partidos

La oposición critica el uso "obsceno" del reglamento de la Cámara al utilizar una petición de comparecencia a petición propia para reducir el tiempo de debate

Jorge Azcón responde a preguntas de los medios de comunicación este martes.

Jorge Azcón responde a preguntas de los medios de comunicación este martes. / Miguel Ángel Gracia

«No voy a estar todos los días hablando de Vox», dijo este miércoles Jorge Azcón sobre su socio de coalición en el Gobierno de Aragón cuando los periodistas le preguntaron por la crisis de gobernabilidad en el Ayuntamiento de Huesca justo después de que la alcadesa oscense, Lorena Orduna, reconociera que su pacto con Vox está roto, lo que les deja en «una situación complicada». Afirmó el presidente, otra vez, que quiere «centrarse en los problemas de los aragoneses», pero a primera hora de la mañana el PP registraba en las Cortes una solicitud para que Azcón comparezca a petición propia en el próximo pleno para hablar, efectivamente, de las declaraciones de su vicepresidente primero, Alejandro Nolasco, sobre inmigración y criminalidad tras romper un folleto explicativo del Ramadán. Hablará –aunque no le haga demasiada gracia porque en el PP creen que favorece a todo el mundo menos a ellos– de Vox, al fin y al cabo. 

No le gustó nada a la oposición el formato, que salió embravececida de la junta de portavoces celebrada ayer porque el PSOE, CHA, Teruel Existe, Podemos e Izquierda Unida habían pedido el lunes en una rueda de prensa conjunta e inédita –que ayer repitieron– la comparecencia de Azcón a este respecto, además del cese «inmediato» de Nolasco como número dos del Ejecutivo autonómico. Aseguran que al ser una comparecencia a petición propia se podrá debatir menos tiempo, lo que la socialista Mayte Pérez calificó de uso «obsceno» y «torticero» de la Cámara para «reírse de cinco grupos de la oposición» y «subvertir» la labor de control al Gobierno, ya que la oposición dispondrá de cinco minutos para argumentar en vez de 15. 

Mientras tanto, la crisis institucional se ahonda en Huesca, donde la alcaldesa, Lorena Orduna, admitió ayer que el pacto de gobernabilidad está roto incluso tras haber cedido a las exigencias de la ultraderecha, como la cancelación del Festival Periferias o el tijeretazo a las ayudas a la cooperación. Orduna ha hablado hoy por primera vez de su particular terremoto político y acusó al portavoz de Vox en el consitorio, José Luis Rubió, de falta de voluntad, de lealtad y de complicidad con el PP, lo que «está llevando al límite los acuerdos» de ambas formaciones. 

El cuerpo del acuerdo empezó a desangrarse el lunes en el pleno municipal, a tenor de la gestión de unos remanentes que el PP pactó con el concejal tránsfuga de Vox, Antonio Laborda. Rubió acusó al PP de «dinamitar» el acuerdo suscrito entre él y el portavoz popular,Ricardo Oliván, que le acusó de lo mismo. Las tierras se empezaron a mover más allá de la Hoya de Huesca y Alejandro Nolasco, primer espada de la ultraderecha en la comunidad y segunda del Gobierno de Aragón, convocó una rueda de prensa en la sede de Vox Huesca para atender a un asunto urgente relacionado con la política municipal. Tres horas antes, la comparecencia quedó anulada y Nolasco guarda desde entonces silencio. 

La voz de alarma saltó en todos esos lugares en los que PP y Vox gobiernan de la mano. Por supuesto, en el Gobierno de Aragón, donde forman matrimonio, aunque Azcón resta toda la importancia posible a la cadena de acontecimientos. «Es el tercer día que me preguntan por lo mismo. Ha habido elecciones hace muy poco tiempo en Aragón y ha hecho que haya gobiernos, que pueden tener dificultades, pero estoy convencido de que vamos a centrarnos más en aquellas cuestiones que nos unen más que las que nos separan, que han existido, existen y existirán», despejó el presidente. 

Y en el Ayuntamiento de Zaragoza...

Sin embargo, no hay matrimonio pero sí conveniencia en el Ayuntamiento de Zaragoza, donde la situación es similar a la de Huesca a excepción de las guerras personales. La situación en la plaza del Pilar, según aseguran tanto fuentes del Ejecutivo de Chueca como de su socio preferente, Vox, tiene «poco que ver» con la de la capital altoaragonesa. Desde el Gobierno municipal, integrado por los 15 concejales del PP, explican que su acuerdo con la ultraderecha es «únicamente presupuestario, no de gobernabilidad», por lo que nada hace pensar que Natalia Chueca pueda verse en una situación similar a la vivida por Lorena Orduna. 

Sin embargo, el pleno celebrado ayer dejó dudas a este respecto, dado que parece que el pacto alcanzado por ambos partidos va más allá de unas simples cuentas. La cuestión se vio reflejada cuando Chueca hizo alusión a las «víctimas de violencia de género». Tan solo unos instantes después, Eva María Torres, una de las concejalas más combativas de la ultraderecha en Zaragoza, saltó como un resorte y empleó la excusa de los epígrafes que nombran las funciones del Servicio de Igualdad y Mujer del ayuntamiento, en los que se habla de «prevención de la violencia de género», «actuar sobre la desigualdad sobre la mujer y otros colectivos» o sobre la «inclusión de distintos géneros dentro del espacio público», para lanzar un aviso a la regidora: «Cuando nuestro grupo lee esto, se pueden sacar dos conclusiones: que ustedes no gobiernan o que quieren incumplir nuestro acuerdo». Torres fue más allá y, mirando a Chueca, le recordó que su acuerdo «no era solo de partidas presupuestarias». «No se preocupe, que los pactos que tenemos son para cumplirlos», respondió la alcaldesa. 

Pasados diez meses de las elecciones del 28 de mayo, a las derechas les crecen los enanos, que amenazan al menos con la incomodidad durante la legislatura. Hay una isla y se llama Teruel. Allí, el bastión popular goza de mayoría absoluta para tranquilidad de Emma Buj, que manda en la capital sin las dudas que crecen en el resto de los despachos.