Real Zaragoza

El asalto definitivo. La previa del Leganés-Real Zaragoza

El reanimado Zaragoza visita al líder en busca de un triunfo con sabor a salvación

Iván Azón, de rodillas durante la sesión de entrenamiento de este viernes en la Ciudad Deportiva.

Iván Azón, de rodillas durante la sesión de entrenamiento de este viernes en la Ciudad Deportiva. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Jorge Oto

Jorge Oto

Hace nada, la visita a Butarque hubiese envuelto en sudores fríos al zaragocismo. La endeblez de un Real Zaragoza asustadizo y pusilánime invitaba a no hacerse demasiadas ilusiones ante semejante desplazamiento para un equipo aragonés que acumulaba decepciones fuera de casa. Pero la cosa ha cambiado. No demasiado, pero lo suficiente como para afrontar el envite con cierto grado de optimismo a pesar de la enjundia del oponente y de la dificultad de la empresa. Ahora, ni el Leganés parece tan inaccesible, ni el Zaragoza es tan blandengue.

La victoria en Huesca ha reanimado a un conjunto aragonés que ya ve la luz al final de ese interminable túnel en el que lleva metido la práctica totalidad de la temporada. Esos tres puntos pusieron fin a la nefasta racha de casi siete meses sin lograr un triunfo a domicilio y a la eternidad sin firmar una remontada tejida a mano por un Zaragoza que, como ordenó Víctor en los instantes previos al choque, afrontó la contienda como una cuestión de honor.

El triunfo dejó la permanencia a un paso. Y eso, tal y como se habían puesto las cosas, sabe a gloria bendita. Pero falta rematar la faena y sumar más puntos para evitar sustos en la recta final del campeonato. Por eso, si el Zaragoza es capaz de conquistar un territorio del que nadie se lleva el botín completo desde principios de marzo (no ha perdido en los últimos siete encuentros jugados en casa) sellará de forma prácticamente definitiva su permanencia en el infierno por duodécimo año consecutivo. Nada que celebrar, en todo caso. Simplemente, se trata de salvar el pellejo, con la ingente dosis de fracaso que eso conlleva en una temporada en la que el único objetivo era estar entre los mejores. 

Pero, una vez más, el Zaragoza y todo lo que le rodea ha sido un adefesio. Un caos. Un asco. La indecente acumulación de errores desde todos los sectores del club sepultaron demasiado pronto cualquier esperanza y la mayúscula dosis de ilusión acaudalada durante el verano y en el tramo inicial de una campaña en la que todo lo bueno se volvió malo y lo que era malo se volvió peor.

Más allá del obligado reparto de responsabilidades, que ya llegará, el partido permitirá comprobar la dimensión adquirida por este nuevo Zaragoza de Víctor, otra vez el bueno de una película de terror. Al técnico aragonés le toca seguir picando hasta agrandar el agujero por el que escapar de una vez de esas tinieblas que le obligaron a volver a ejercer de mesías de una afición que respira algo más tranquila y que, al fin, cree. 

En busca de ese asalto definitivo que supondría ganar en Leganés, Víctor repetirá la disposición táctica dispuesta en Huesca, donde el Zaragoza formó con tres centrales, aunque con Jair en lugar del sancionado Mouriño para acompañar a Lluís López y Francés en el centro de la zaga y, previsiblemente, con Zedadka ocupando la vacante dejada por la enésima lesión de Lecoeuche. En principio, Moya, Marc y Mesa volverán a ejercer en la sala de máquinas y Azón y Liso repetirán también en vanguardia.

La fortaleza del rival

El Leganés, que afronta el duelo en lo más alto de la tabla tras enlazar cuatro empates sin goles consecutivos, aunque antes venía de tres victorias, solo ha encajado un gol en las siete últimas citas, lo que revela su poder defensivo, con 442 minutos sin dianas en contra. Con la ausencia de Perea, lesionado, y Abzi, Borja Jiménez recupera a Undabarrena tras cumplir sanción y lo previsible es que vuelva al once para hacer pareja en el medio con Neyou. El técnico aseguró que hay futbolistas con molestias (Raba sería uno de ellos) y eso podría modificar más un once previsible en el que Miramón ya está disponible para ser titular tras jugar unos minutos en Tenerife después de superar una lesión.

En todo caso, el Leganés, que se dispone con tres centrales en fase defensiva para atacar con un 4-2-3-1, apunta a mantener a Juan Cruz en la banda diestra y a Portillo y Miguel en ataque, con la duda entre Raba y Diego en un equipo que Borja Jiménez tiene muy definido en las últimas semanas y donde destaca el portero, Diego Conde, y la línea defensiva con Nyom, Sergio y Sáenz.