Cómo se adentrará el CAI Zaragoza en un territorio desconocido como la ACB? ¿Qué lugar ocupará? Es una pregunta que ahora sí se pueden hacer sus aficionados después de celebrar anteayer el ascenso. Las esperanzas del club y sus fieles de recuperar los viejos tiempos, una estancia digna, no se asemeja a la otra realidad que dice que los equipos recién ascendidos sufren para mantenerse durante la primera temporada. El León es el último ejemplo. Faltan por saber muchos detalles para conocer esa ubicación, una tan determinante como la confección definitiva de la plantilla, aunque el factor determinante será el comportamiento en la cancha. No obstante, uno de los termómetros más fiables suele ser el presupuesto con el que cuente el club. El CAI contará, aproximadamente, con unos siete millones de euros para su primer proyecto en la ACB, una cantidad que le ubica entre la clase media de la ACB, entre el noveno y el undécimo más elevado y en la franja que hay entre el playoff y la permanencia, que es el objetivo de partida.

El CAI será un recién ascendido atípico. Su elevada masa salarial y la solvencia económica de la entidad le otorgan una seguridad y una libertad de acción impropia de los clubs que aterrizan por primera vez en la que es la Liga más competitiva de Europa. La referencia de los siete millones de euros le colocan en el noveno puesto, contando con la referencia de los presupuestos consumidos este curso en la ACB. Estaría entre el Akasvayu y el iurbentia, ambos clasificados para los playoffs que comienzan la próxima semana. Hay un dato demoledor y que subraya la supremacía del poder económico en esta competición radica en que solo hay un club, de los ocho con mayor presupuesto, que no estarán en la ronda por el título. Este es el Cajasol. Su puesto lo ocupa el iurbentia, que es el noveno. Pocas sorpresas.

CON AKASVAYU, IURBENTIA Y KALISE En la ACB hay cuatro equipos que visten de etiqueta y el fracaso consiste en no ganar títulos o, al menos, no estar en las finales. La realeza la componen el Real Madrid, el Barcelona, el Tau y el Unicaja (ver gráfico). Aspira al trono el Pamesa y bajo sus pies se extiende una clase media a la que aspira entrar el CAI Zaragoza y a la que pertenecía el CBZ cuando tuvo que renunciar a la élite. La lista la encabeza el Cajasol de Sevilla, que el pasado verano realizó una importante inversión para potenciar su nueva imagen corporativa (abandonó el nombre de Caja San Fernando) y ha naufragado deportivamente. El Joventut le sigue de cerca y es un excelente administrador de recursos gracias a la riqueza que extrae de su cantera. Un escalón por debajo están los que serían los vecinos del CAI: el Akasvayu, el iurbentia y el Kalise, que esta temporada ha dado un estirón presupuestario.

Debajo de la franja de los seis millones (1.000 millones de pesetas) aparecen el Menorca, el Granada, el Estudiantes y el Polaris World. Los más humildes y entre los que se encuentran los dos equipos que han bajado son el Grupo Capitol (descendido), el Fuenlabrada, el Ricoh Manresa y el Grupo Bejar (descendido). Estos últimos no tendrían ni el presupuesto más holgado de la LEB.

Esta tabla no es fija de año a año y las inversiones fluctúan, dependiendo del ánimo institucional y la posesión de un mecenas de garantías. Así el verano será movido por Girona y Murcia, donde primero tendrán que buscar un nuevo patrocinador.