"Con las obras del tranvía habían bajado un 50% las ventas y no pensaba esperar tanto tiempo como hice en la primera fase con el local de Fernando el Católico, donde llegaron a descender hasta un 75%". Con estas palabras explicó a este diario Fotios, responsable del restaurante Girós Griego, los motivos que le han llevado a convertirse en el primer negocio que cierra sus puertas en el paseo Independencia desde el inicio de las obras de la segunda fase de la línea.

El perjuicio que le causaban los trabajos del tranvía, según afirmó, va más allá del simple hecho de dificultar el paso a los ciudadanos por tener la calzada levantada y llena de zanjas y vallas. "Ni siquiera podía tener la terraza porque, aunque podía montarla, la gente no se sentaba por el ruido y el polvo que constantemente hay".

La decisión de echar el cierre se hizo efectiva el pasado 16 de agosto y con ella el despido de cinco personas. Una circunstancia que ya le pasó en su anterior experiencia con las obras del tranvía, en su local de Fernando el Católico, donde tuvo que quedarse con solo dos de sus seis empleados por la caída de las ventas. "Las pérdidas se pueden asumir si solo es por unos meses pero no estaba dispuesto a pasar año y medio así", comentó Fotios. Esta vez ha aguantado apenas un mes.

Él augura más cierres en Independencia. Por varias circunstancias que se dan a la vez. Entre ellas el evidente descenso en las ventas y la afluencia, pero también el hecho de estar ubicados en la zona más cara de la ciudad en cuanto a alquileres de locales. Muchos superan los 12.000 euros al mes.